Por Teresa Gurza
Es una calle de Talcahuano con casas destruidas, autos aplastados y escombros por todas partes; y en medio contemplando con semblante indescriptible los restos de una casa blanca de dos pisos, un anciano de traje negro, chaleco, camisa, corbata, pañuelo blanco en el bolsillo del saco, y lustrados zapatos, apoya su viejo cuerpo en un paraguas.
Terrible imagen ésta que es una de las fotografías publicadas por la revista “Que pasa”, para acompañar testimonios de los minutos que siguieron al terremoto que la madrugada del 27 de febrero, arrasó el centro y centro sur de Chile.En un camping instalado en un bosque de Curanipe, dormían decenas de familias ansiosas de ver la competencia de surfing del día siguiente; vino el temblor y creyeron huir a los cerros, pero los árboles impidieron que muchos vieran que iban al mar y no a lo alto.A 17 de ellos se los tragó la ola; el mar devolvió ya 2 cuerpos y se espera regrese el resto.Y en Ilota, los pescadores miran el mar sólo “de reojo”; anhelando y temiendo al mismo tiempo, volver a la pesca.Se quedaron sin casas, lanchas y redes; pero aunque tuvieran embarcaciones, no podrán pescar tres meses por la contaminación de las aguas.Muchos tenían ahorros bajo un tabique o en el colchón; también desaparecieron y los buscan entre palos y lodos, mientras helicópteros de la Fuerza Aérea peinan la Cordillera de la Costa, buscando pueblos que no han sido visitados. Resultaron también dañadas las plantas de cerveza más grandes del país, y tardarán meses en componerlas.El teletón juntó más del triple de lo que se pretendía; 50 mil millones de pesos chilenos que se dedicarán a viviendas básicas y reconstrucción de escuelas.Y ha llegado mucha ayuda internacional; y su distribución está siendo reorganizada, porque hay tantos voluntarios que se hacen bolas y entorpecen el reparto.México no ha mandado casi nada; lo que contrasta con Argentina, Perú, Brasil, Colombia y hasta Cuba; que mandó 20 toneladas de medicamentos y un hospital de campaña totalmente equipado para 20 camas y 37 médicos y enfermeros para atenderlo. Lula, que la mañana del terremoto llegó con hospitales y medicinas de parte de Brasil, no estará el jueves en la toma de posesión de Sebastián Piñera como nuevo presidente de Chile.La presidenta Michelle Bachelet ocupa sus últimos días visitando lugares arrasados y aceptó la petición de Piñera para que sigan en sus puestos gobernadores y secretarios regionales de los ministerios (seremis) de las zonas afectadas.Pero ninguno quiere colaborar con la próxima seremi del Bío Bío, Jacqueline Van Rysselberghe; porque como alcaldesa de Concepción criticó la tardanza del gobierno en darse cuenta de la catástrofe. Rodrigo Ubilla nuevo subsecretario del Interior, asumió hoy para poder estudiar las actas de traspaso de mando y redactar los decretos de toma de posesión.Piñera creará comisiones de reconstrucción en cada uno de los Ministerios; su primer viaje como presidente será a Concepción y su primer proyecto de ley modificará la de Presupuesto y Equipo Económico para adecuarlos a la realidad que terremoto y maremoto dejaron.Implementará un plan de austeridad, para generar ahorros y reasignar recursos a las nuevas prioridades impuestas por el cataclismo Este proyecto requerirá de un acuerdo político en el Congreso; que no se duda se dará, por el ofrecimiento de colaboración hecho por los presidentes de los partidos de la Concertación.Buscará también aprobar una Ley de Emergencia que incluye una profunda reestructuración del sistema de alerta y ayuda temprana a la población.Y ahora fuertes incendios están consumiendo más de 250 hectáreas de bosques nativos que rodean balnearios exclusivos en Papudo y Zapallar, al norte de Santiago.Como continúan los abusos, el gobierno instaló un teléfono para hacer denuncias.Llamaré para decir que en Til Til, municipio donde vivo, las planchas del zinc que el día 27 de febrero costaban alrededor de 12 dólares subieron a casi el doble y la bolsa de clavos igual.Y la Telefónica, recién comprada por Movistar, aún no me conecta teléfono ni internet..
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