* Listas las hienas, zarigüeyas y compadres bufones
Por Abraham Salcido Bastidas
(Este trabajo forma parte del proyecto periodístico: INFORMARTE).
"Ríe, llora, se sonroja, dale cuerda y te encantará", esta era una frasecilla comercial allá por los años ochenta de aquel finísimo mono de plástico denominado "el nenuco consentido."
Un juguete al fin que fue la alegría de los niños y niñas pobres de los ochentas, costaba 5 pesos de esos de José María Morelos y Pavón. Ojillos vivarachos, chapeteado, le quitabas las manos, la cabeza y las piernas, no pasaba nada, totalmente manipulable.
Pero por estas tierras este nenuco andaba suelto, se lo encontró un lobito político de esos que saben que si lo muestrea y le jala bien la cuerda por el rumbo de Playas de Tijuana, le dejará buenos dividendos$$.
El lobito perverso ya se reúne con sus hermanas las hienas, sus primas zarigüeyas y sus compadres bufones que mecerán la cuna. Cuando se irrite el nenuco le tienen preparados confetis, serpentinas y lo vestirán de colores, con el azul cielo preferido.
Ahora el nenuco, vuelve a sus andadas, solo falta ver como se comercializará, no creo que sea con aquella sapeta de terlenca, ni con su coqueto anillo de plástico adornándole el meñique ni sus zapatitos de tul.
No, estoy convencido que así no le conviene al lobito, que parece ya soñar con una gran Conasupo (Compañía Nacional de Subsistencias Populares), para que regale maseca, aceite, fríjol, maruchanes y lentejas.
Hasta puedo apostar que el lobito ya sabe a quien le va a pedir para comercializarlo, es más ya lo tiene resuelto. Sabe este depredador que el nenuco consentido tiene un Gran Hermano, eso también es un alivio pero debe andarse con cuidado.
Mientras tanto los niños votantes, tendrán que esperar a que empiece la euforia descarnada de los muñecos que visitarán no solo Playas de Tijuana, también lo harán en La Presa, La Mesa, Santa Fe, La Libertad, por todos los rincones y hasta donde les alcance la cuerda.
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