Por Teresa Gurza.
Con este título la Revista del Campo del diario El Mercurio, publicó hace poco un artículo en el que advierte que por tener una población de más de cien millones de habitantes, México es una economía muy atractiva para las frutas chilenas.
La nota escrita por la periodista Martina Salvo, afirma que actualmente Chile exporta a México frutas, lácteos, carne de pollo y maderas; pero que por diferentes razones, los productos chilenos no llegan ni al uno por ciento de lo que nuestro país compra en el exterior.
Precisa que Estados Unidos es actualmente el principal importador de los productos mexicanos, y que el 85 por ciento de lo que México exporta va al vecino.
Pero que la crisis por la que está pasando ese país, hace anticipar una disminución en la demanda de consumo; lo que por un lado repercutiría directamente en las exportaciones mexicanas y por el otro abriría posibilidades para que México enviara sus productos a otros países de América Latina y a Europa y Asia.
Lo que de suceder, afectaría mucho a Chile. No sólo porque tendría que competir en otros mercados con productos mexicanos, como por ejemplo el aguacate.
Sino también, porque al tener menos exportaciones hacía EU los mexicanos empezaríamos a consumir internamente más de lo que producimos, lo que implicaría una disminución en las importaciones mexicanas de productos chilenos.
Ante esta disyuntiva, llama a pensar cómo seducir a México en beneficio de Chile.
El análisis destaca que "México siente un gran orgullo por sus raíces prehispánicas" y que eso lo lleva a sentir una cierta desconfianza hacía lo extranjero.
Y sugiere a quienes estén interesados en exportar a México, "hacer un doble esfuerzo por caerles bien a los mexicanos"; y ser "muy cautos y humildes al negociar".
Añade que debe tomarse en cuenta que hay muy diferentes áreas y regiones; y que no es lo mismo vivir en el estado de Chihuahua, que en el DF, por lo que quienes pretendan exportar, deben investigar bien qué quiere y necesita cada zona.
Propone de acuerdo con eso, hacer promociones específicas; y aprovechar todos los espacios, principalmente la circunstancia de la contraestación, que consiste en que cuando en Chile es verano en México es invierno; por lo que no se cosecha lo mismo, ni en la misma época ya que cuando en un país termina la pizca de fruta, en el otro está en su apogeo.
Otra opción para seducirnos, es vendernos más vinos.
Para animar a los productores de vino, el artículo expone que los mexicanos consideramos "signo de status social" beber vino en las comidas; y que deben aprovechar eso, para vender más.
Advierten que tienen ya la ventaja de que los vinos chilenos son muy valorados en México; y que de acuerdo con datos de algunas cadenas de supermercados, también han resultado ser los más vendidos.
Y que Chile podría ampliar las exportaciones de carne de pollo fresca; y de productos gourmet.
Lo que de paso, dicen, ayudaría a México a combatir sus altísimos índices de obesidad con alimentos integrantes de la dieta mediterránea, que abundan en Chile; y que se podría recomendar incorporar a las comidas diarias, los aceites de oliva con sabores.
Luego de estos y otros 'tips' de seducción, se concluye precisando que las oportunidades están ahí; y que lo único que falta es saber cómo captarlas.
Y sugieren para eso, campañas de promoción de los productos chilenos; con el fin de que este país del Cono Sur adquiera, en la mente de los consumidores mexicanos un nombre más sólido y se llegue a identificar lo procedente de Chile, como sinónimo de calidad.
En resumen lo que ellos quieren, es que los mexicanos sepamos que Chile cuenta con un alto potencial de exportación de alimentos que puede servir a México; y que los productores chilenos, están ansiosos de poner lo que tienen en nuestras mesas.
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