Por J. Antonio Aspiros V.
Hace 40 años, la música de los jóvenes -rebelde, provocadora, politizada, contestataria- llenó una página inevitable en la historia de 1968. Fue entonces cuando el rock llegó masivamente a las nuevas generaciones, se convirtió en un eficaz canal de expresión y dejó dilatada huella en varios países, México incluido.
De acuerdo con el investigador estadunidense Eric Zolov, quien disertó al respecto en el Centro Cultural Universitario Tlatelolco, el rock tuvo entonces un impacto no más importante, pero sí más profundo, que la protesta estudiantil.
Pero, también, la represión del 68 dio motivo para llevar la inconformidad juvenil a canciones que utilizaron la música de los corridos de la Revolución.
Fue en 1968 cuando, según revelaciones recientes, el dictador español Francisco Franco manipuló para que Massiel ganara el Festival Eurovisión con la canción ‘La, la, la’, por encima del favorito Cliff Richard, el hoy Sir británico que quedó segundo, un voto abajo, con ‘Congratulations’.
También hace cuatro décadas, el mismo 12 de octubre en que empezó la fiesta olímpica, nació al mundo del rocanrol la banda mexicana Three souls in my mind, de Alejandro Lora, que después simplificó su nombre a El Tri.
Discos que se vendieron, unos por millones y otros por cientos de miles, fueron presentados en 1968. Uno fue el álbum ‘blanco’ (sin título), de los Beatles, mientras que Iron Butterfly lanzó su éxito ‘In-A-Gadda-Da-Vida’.
Los siempre famosos Rolling Stones tuvieron problemas en Inglaterra para difundir su canción ‘Street Fighthing’, porque según los censores promovía los disturbios callejeros, pero a cambio vendieron un millón de copias de su álbum ‘Beggars Banquet’, que inicia con la canción ‘Simpatía por el diablo’.
En 1968 fue comercializado ‘Hair’, basado en el musical de Broadway del mismo nombre, y generó cuatro éxitos al año siguiente, entre ellos el famoso ‘Acuario’. Algunos temas de ese LP aludían al racismo, la brecha generacional y un cambio en los hábitos sexuales.
También el disco ‘Waiting for the Sun’, lanzado ese año por The Doors, tiene dos canciones de corte político: ‘El soldado desconocido’, contra la guerra, y ‘Cinco a uno’, que refiere la proporción numérica de la juventud frente a quienes tienen las armas, y les advierte: “vamos a ganar”. El intérprete y poeta Bob Dylan contribuyó con ‘Blowin in the wind’.
Sin implicaciones políticas, pero con gran impacto comercial, en 1968 fueron lanzados ‘Mrs. Robinson’, de Simon y Garfunkel en el álbum ‘Bookends’; ‘Heavy’, de Iron Butterfly; ‘A saucerful of secrets’, de Pink Floyd; ‘Electric Ladyland’, de Jimi Hendrix y el grupo Experiencia; ‘Wheels of fire’, de Cream; ‘Sky pilot’, de Erick Burdon y los Animales, y ‘The birds, the bees & the monkees’, de los Monkees.
Todo ello era del gusto de los jóvenes mexicanos de hace cuatro décadas. Lo escuchaban en las muchas radiodifusoras de AM que ponían versiones en inglés, pero también les atraía la música latinoamericana de protesta -Violeta Parra, Víctor Jara, Atahualpa Yupanqui- que difundía Radio Universidad, así como las canciones de Joan Manuel Serrat.
En los mítines estudiantiles Óscar Chávez interpretaba ‘El 30-30’, y en 1995 grabó el álbum ‘México 68’ con temas alusivos al movimiento estudiantil, como ‘El hijo del granadero’, ‘La cárcel de Lecumberri’ y ‘No nos vamos a dejar’, y otros de Judith Reyes que primero circularon clandestinamente entre el estudiantado, entre ellos ‘Gorilita gorilón’ y los corridos ‘del 2 de octubre’, ‘de la ocupación militar de la Universidad’ y ‘del cuarto Informe de Díaz Ordaz’.
La industria discográfica produjo años después una grabación con la música popular de intérpretes en español, las fanfarrias olímpicas y hasta los anuncios comerciales que se escuchaban hace cuatro décadas en la radio.
Los jóvenes del 68 recordarán no sólo la experiencia política de su generación, sino también sus conciertos roqueros, casi a escondidas, en lugares como el Moctezuma; sus tardeadas en los cafés Á plein soleil y Memphis, y sus visitas al Terraza Casino para escuchar a Javier Bátiz.
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