Por Teresa Gurza.
A pesar del mal manejo de la pandemia y del pésimo estado de la seguridad y la economía, las últimas encuestas indican que el apoyo al presidente López Obrador, se mantiene.
Lo que hace pensar que muchos compatriotas, están instalados en la locura.
Solo esa chifladura colectiva, puede explicar que durante dos años haya desperdiciado tiempo y dinero, para realizar “más de 50 foros de análisis y mesas de debate, discusiones y reflexiones colectivas en las que participó mucha gente y que procura conciliar el sentir común con la pluralidad de sentires” y salir con esa ridícula “Guía Ética para la transformación de México”.
Otra incongruencia del que habla de amor, pero no se pone la mascarilla; mínimo signo en estos momentos, de respeto y cariño por el prójimo.
Los seis redactores de esa guía precisaron, que para cumplir el compromiso número 99 de la campaña, se formó en 2018 una comisión “para convocar a los mexicanos a elaborar una constitución moral para fortalecer los valores morales y culturales”.
Muy mal deben estar para enorgullecerse de esa tomadura de pelo, seguramente muy bien pagada, que entre otras cosas aconseja cómo redimir corruptos.
Hace unos cuantos años, Moisés dio una tabla con diez mandamientos; mismos que luego de advertir que “la familia es nuestro primer dispensario médico”, los redactores amlovianos estiraron para convertirlos en los “20 principios” que pretenden pasar como nuevos.
Y anunciaron que se repartirá a los mexicanos de la tercera edad; raro, porque en todo caso serían los que menos necesitan leerla.
Por mi parte gracias, pero paso; la que me toca, dénsela al amigo Bartlett, al hermano Pío, a la prima Felipa, o a cualquiera de los muchos gandallas de este gobierno transformista.
Y como ninguna ley moral puede provenir de un gobierno laico, como debiera ser el de López Obrador, los autores de este refrito de refritos, aclararon que su cumplimiento no es obligatorio.
Gracias de nuevo, me quitaron gran peso de encima porque no sabía qué hacer para violarla sin ser castigada.
Y para no verme tan negativa, quise obedecer eso de “buscar el bienestar del alma” y fue para que la mía no fuera a sentirse incómoda si no opinaba sobre el tema, que escribí este artículo.
Y también anda circulando, un proyecto de Constitución Política de la República Federal y Pluricultural de México 2021, escrita por adoradores de AMLO; y que confío, sea insensatez de un grupo más loco que los otros, y no buscapié en busca de reacciones.
A nueve meses del primer caso de coronavirus en México, y de sus invitaciones a seguir saliendo, abrazando y besando, porque la pandemia no llegaría; de mostrar desprecio por la Ciencia y fe en estampitas, tréboles, billetes de dos dólares y detentes para pararla, López Obrador pide nos quedemos en casa.
Criminal demora, porque hay casi un millón 200 mil contagiados y ciento once mil fallecidos por Covid-19, según cifras oficiales; que todos sabemos quedan cortas.
Otra reciente nota, fue la legalización de la marihuana para uso recreativo; siempre y cuando se siembren solo seis matas, se tengan 25 gramos por persona adulta y no se consuma delante de menores.
El titular de la Comisión Nacional contra las Adicciones de la Secretaria de Salud, Gady Zabicky Zirot, quien dice ser “especialista en la psique y el alma” y experto “en evitar que las drogas hagan presa de un ser humano”, dedicó media hora a echarle porras a la yerba.
Y anunció la creación del Instituto Mexicano de la Cannabis y la elaboración de un proyecto de reglamento para su producción, investigación y uso.
Reglamento que, según escribió en El Universal la investigadora Catalina Pérez Correa, entregará el mercado legal de la marihuana a un grupo reducido; por lo que seguirán la violencia y el mercado negro.
Y a esta lista de insensateces debo añadir. que el presidente que quiere tener todo bajo su control, incluyendo a los otros poderes a Unión y los organismos autónomos.
Que no permite le pongan límites y exige lealtad a ciegas.
Que coloca irresponsablemente en cargos de responsabilidad, a personas no idóneas.
Que descalifica a los que no le rinden, incumple leyes, oculta la corrupción de allegados y minimiza errores de sus funcionarios.
Que habla pestes de sus opositores, y le molestan las reglas democráticas.
Que parlotea de lunes a viernes por varios canales de televisión durante mínimo dos horas, haciendo continuas referencias a los procesos electorales en curso.
Ese presidente, se queja de que se limita, su libertad “de manifestación”.
Presiona la imagen y...
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