Por Gerardo Díaz Valles.
PLAYAS DE ROSARITO.- El Oficial Miguel Ángel Marín Aguilar, se ganó a pulso la fama de ser un tipo duro y de grueso pellejo al que “todo se le resbalaba” junto con su entonces director, el “Pepo” Joaquín Olea durante el pasado trienio de Silvano Abarca Macklis.
Fue señalado con su grupo completado por el Comandante Casas, de golpeador; de cometer varios atropellos; ejecutar detenciones arbitrarias y de asestar severos golpes a los grupos criminales que llegaban e incursionaban en la plaza.
En vida acumuló muchos adversarios y no pocos detractores quienes incluso lo señalaban de ser el “Monterito” de Rosarito en clara alusión al ex militar Jorge Eduardo Montero Álvarez, por sus rasgos de represor, aires de grandeza, que no le toleraban sus mismos compañeros uniformados.
Pese a todo esto, desde la anterior administración se relajó el principio de autoridad al extremo de ceder o perder el control de la plaza a los grupos de poder que se disputan el dominio.
La delincuencia de creció a los niveles actuales, con claras evidencias de una total pérdida de control en medio de un desanimo y fuertes reclamos por cambios de fondo en la conducción de la Policía en Playas de Rosarito. QDEP
Rosarito Blues: Comanches
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