lunes, 24 de abril de 2017

Elija la que le guste

Por Teresa Gurza
¿De dónde sacará el PRI todos esos gobernadores corruptos, que primero ensalza y luego expulsa?
Parecería difícil juntar tanto ladrón; pero en el pecado va la penitencia y ese PRI adicto a las extradiciones, recordará este abril como una pesadilla por al menos tres exgobernadores de su colección:

Humberto Moreira, gobernador de Coahuila de 2005 a 2011, expulsado no por rata, como sería de suponer dada la enorme deuda pública que dejó, sino por adherirse a otro partido.
Tomás Yarrington, gobernador de Tamaulipas de 1999 a 2005, y que hasta cirugía se hizo para parecer otro, pero fue detenido el día 9 en Florencia por policías italianos y la Interpol.
México lo acusa de delincuencia organizada y operaciones con recursos ilícitos; y Estados Unidos, que ganó la extradición, de delitos contra la salud, fraude y lavado de dinero.
Javier Duarte, ese hombre de mirada loca y sonrisa inoportuna que gobernó Veracruz de diciembre 2010 a noviembre 2016, fue detenido este 15 de abril en el Hotel Riviera del Lago de Atitlán, por agentes guatemaltecos y de la Interpol.
Está tan desprestigiado, que hasta maras salvatruchas presos le gritaron “basura” cuando pasó frente a ellos, camino a la audiencia en la que no aceptó, ser extraditado.
Al salir, fue aventado por policías guatemaltecos a una jaula móvil y en foto de El Universal, se le ve cayendo de espaldas y con las piernas abiertas; pero eso sí, muy peinadito y sin ese fleco parecido al de Virgilio Andrade, con el que se paseaba por los corredores del Riviera.
Hay muchas versiones sobre su captura; pero no sabemos si jaló a última hora, una maletita con mudas y varios relojes; o si le compraron ropa y alhajas en la cárcel, porque en la audiencia celebrada en los Tribunales del Poder Judicial de Guatemala traía camisa nueva y reloj enorme, que no portaba el día que lo apresaron.
Y más que raro que la misma persona, Stu Velasco, subdirector de Investigación Criminal de Guatemala, haya dado declaraciones diferentes a los medios.
Que lo tenían detectado desde noviembre en Guatemala, donde entró ilegalmente por esa “frontera porosa”; que por “una buena estrategia investigativa”, supieron estaba en el quinto piso del Riviera, pero no conocían número de habitación hasta que agentes lo vieron desde la playa, detrás de las persianas de la 505; que salió del cuarto por un licor; que lo hizo por susto, cuando advirtió que cortaron el internet; que los agentes tocaron a su puerta y cuando abrió lo apresaron; que lo llamaron por teléfono para notificarle que estaba detectado y que solito salió a encontrarlos; que lo detuvieron corriendo al elevador porque de recepción le avisaron de la llegada de policías; que se topó con ellos, en el pasillo; que negó ser él, hasta que le tomaron las digitales; que abrió la puerta del cuarto y dijo ‘vamos ya estoy cansado’; etc.

Elija la que le agrade.
Pero sea cual sea, el gobierno no puede pretender que pensemos son victoria suya, las aprehensiones de quienes durante años lucraron a la vista de todos; y ojalá fundamenten bien la causa por enriquecimiento ilícito y delincuencia organizada; y apeguen a derecho el “debido proceso” para que no nos salgan con qué hubo fallas y pueda ser extraditado y pagar con cárcel sus crímenes.
Y ojalá también, que la experiencia sirva para que dejemos de considerar el dinero, bien o mal habido, como principal valor de vida.
Es curioso que la falta de claridad en la información sobre la detención de Duarte, haya continuado con la proporcionada sobre el viaje de quien pudiera ser, la próxima extraditada: su esposa Karime; que voló a Londres con sus tres hijos y otros familiares, este jueves 20 por la tarde.
El Universal publicó foto de la familia, tomada del tuit de Carlos Loret de Mola, con en el aeropuerto de Bogotá; de donde saldría a Londres según fuentes del Gabinete de Seguridad.
Reforma sacó la misma foto, “de redes sociales”; y a las seis de la tarde los dio por llegados a Inglaterra; su fuente, la Secretaria de Gobernación.
Milenio publicó la misma foto, “tomada de redes sociales, al parecer en Colombia”, afirmando que el vuelo haría escala en Atlanta.
La Jornada, ubica la misma foto “de redes sociales” en el aeropuerto El Dorado de Bogotá, antes de un vuelo “posiblemente hacía Londres”.
Excélsior la misma foto, pero la atribuye a autoridades de Bogotá.

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