Las características que se destacan en Silvano Abarca Macklis, desde su primera gestión como alcalde de Playas de Rosarito, son la vulgaridad y lo barbaján con la que trata a la mayoría de las personas que acuden a él a solicitar su ayuda, o para reclamar su falta de atención a sus obligaciones y cumplimiento de sus compromisos con la ciudadanía.
Su comportamiento, especialmente con las mujeres, no es un secreto, todos quienes lo conocen y han o están bajo su subordinación saben de sus exabruptos soeces y vulgares, disfruta humillar a quienes por alguna razón o circunstancia se ven en la necesidad de acercarse e intercambiar frases con él, lo barbaján le emana.
Los insultos fluyen en su boca con desconcertante falta de conectividad entre su cerebro y su lengua, siente que con ese actuar se torna gracioso e importante, los lisonjeros que lo rondan (aún) le festejan sus imbecilidades, como sucedió el día de ayer cuando acudió al evento de arranque de obra en la calle Félix Zuluaga, en la colonia Benito Juárez, en donde insulto a una señora que le reclamó por otra obra que se inicio en esa misma zona hace un par de semanas y que ya se encuentra abandonada e impide la circulación de vehículos de quienes viven en esa vía.
Por este atrevimiento y haciendo gala de su léxico barbaján, insultó a la quejosa corriéndola del evento, acto que generó la molestia de vecinos y como de costumbre, las sonrisas de los funcionarios que acompañaban al alcalde.
Lamentablemente no hay quien ponga un alto a Silvano Abarca, el edil piensa y cree que el tener la investidura de presidente municipal le da el derecho de ser y comportarse como un vulgar y barbaján con sus conciudadanos, si el como persona es y segura siendo así, pues es su problema y sus consecuencias tendrá, pero como alcalde debería respetar la investidura que por desgracia le otorgaron algunos rosaritenses a través de su sufragio.
Pero, eso es como pedir peras a un olmo.
Y mientras tanto……..
La inseguridad se incrementa cada día en Rosarito, el gran fracaso (los otros son fracasos a secas) de Silvano Abarca y su director de la policía municipal, Joaquín Olea, en comparación al año anterior, el índice delictivo es un 40 por ciento mayor, en todos los rubros, menos en el asalto al bancos.
Rosarito, sucio, sin movilidad e inseguro.
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como esa porqueria de gente llega al poder y lo peor como se lo permite el pueblo, en ninguna dependencia hay respeto y quien obligue a esa basura a comportarse, en verdad tenemos lo que merecemos
ResponderEliminarfuncionarios corruptos, groseros, rateros y enfermos de prepotencia, tan bajo a caido Baja California, donde se supone somos mas libres pensadores o estamos embrutecidos y no nos importa nada mas que sobrevivir a como de lugar