jueves, 28 de julio de 2016

Expediente Político: PEP, debe de desaparecer

Por Alfredo Calva
Desde su constitución en la administración de Eugenio Elorduy Walter (31 octubre 2001), la Policía Estatal Preventiva, por cuyo acrónimo se le conoce como PEP, ha sido una corporación c nacida con mala estrella, las acciones delictivas y de corrupción de sus elementos y mandos, han, son y por lo que se vislumbra, seguirán siendo una constante que nada y nadie puede controlar, ya ni pensar en erradicar.


El gobernador del estado y su Secretario de Seguridad Pública en el Estado, Francisco Vega de la Madrid y Daniel de la Rosa Anaya, respectivamente, no han mostrado en lo que va del actual gobierno interés alguno por combatir al interior de la corporación la situación anómala que se vive entre los elementos ya por tradición.

Ellos, al igual que sus antecesores no les interesa sanear la corporación, aunque en la demagogia de sus discursos mencionen su acciones de lo contrario, sin embargo la realidad los evidencia, no existe de su parte la mínima intención y voluntad de sanear la corporación estatal.

Sólo recordemos lo que sucedió con su primer director, a unas cuantas semanas de haber sido designado en el cargo, fue la estrella principal de un escándalo en un antro en el centro comercial conocido como la Plaza del Zapato, en donde en estado de ebriedad realizó disparos al aire asustando a los clientes que ahí se encontraban.

A partir de ese incidente, la corporación ha transitado por señalamientos, denuncias y detenciones de elementos de esa corporación inmiscuidos en robos, drogas, secuestros y asesinatos, que han sido la constante que a  permanecido durante el paso de dos administraciones estatales y la actual, sin que los titulares del ejecutivo, mucho menos los responsables directos de ellos, realicen trabajos y acciones verdaderas encaminadas a la asepsia de la corporación.

Su más reciente fechoría es un robo y violación en contra de una mujer, acción por la cual seis integrantes de la policía se encuentran suspendidos, la parafernalia que montan las autoridades para investigar y con ello castigar a estos presuntos delincuentes la mayoría de las ocasiones concluyen en la exoneración, porque los propios acusados se encargan de amedrentar y presionar a sus acusadores, para que se desistan de sus señalamientos.

Sólo basta con rebozar las crónicas de los diferentes medios de comunicación en los que han quedado plasmados todas las ilegalidades en las que han incurrido los elementos de la PEP, en especial el cúmulo de denuncias que hace la ciudadanía y que los mandos, director, Secretario y el propio gobernador, olímpicamente ignoran, y seguirán ignorando.

Es por ello que, la PEP debe de desaparecer.

EL congreso del estado debe de intervenir y derogar su existencia y permanencia, la ciudadanía está harta de mantener a delincuentes uniformados y a sus indolentes jefes.



Mientras tanto……….
El alcalde de Rosarito, Silvano Abarca Macklis, se muestra por enésima ocasión en un evento público oficial, como lo que realmente es, un vulgar patán y barbaján, la inseguridad se incrementó en un 25 por ciento el pasado mes de junio, con relación al mismo periodo del año 2015.

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