Todo mundo sabe, que no es posible tapar el sol con un dedo. Es absurdo el solo pensar en esa posibilidad.
Por eso resulta absurdo que el Presidente del Consejo General del Instituto Estatal Electoral, Javier Garay Ríos, asegure, categóricamente, que no han observado irregularidad alguna en el presente proceso electoral.
Que por lo tanto, no existe ninguna posibilidad de que sea cancelado o anulado, el actual proceso.
Tal vez, es tan anticuado, este personaje, que no accede a las redes sociales. Ha de pensar que son cosas del demonio.
Gracias a las redes sociales, muchas personas han tenido oportunidad de conocer las incidencias que se han registrado en las oficinas de los Consejos Distritales de Tijuana.
Falta que los beneficiados, por las maquinaciones, digan que se trata de puro teatro, de fantasías creadas por gente ingeniosa, para desprestigiarlos.
Seguramente los videos que se proyectan en las redes sociales, son un mero simulacro
Lo cierto es que las tretas han sido tan burdas. Actas de escrutinio “infladas”, captura de datos distorsionados o alterados, documentación electoral en la basura, empleados electorales coludidos en las maniobras. Difícil creer, que se trata de simples errores “de buena fe”.
Si se dejan las cosas como están, persistirán las sospechas, en el sentido de que todo fue un cochinero. Los únicos conformes, con tales hechos, son los presuntos beneficiados.
“Afortunadamente” los funcionarios electorales, no parecen haberse percatado de tales irregularidades. Seguramente les hubiese dado vergüenza, tanta cochinada.
Los eventos de recuento de votos, parecieron más cuestiones policiacas, que asuntos de índole político electoral.
Los representantes de los partidos, escandalizaron, si es cierto, al ver el descaro con el que se hicieron los chanchullos. Los reclamos fueron a grito abierto, porque los funcionarios electorales, parecían ciegos y sordos. No escuchaban, ni miraban, las irregularidades.
Fue evidente que protegían intereses partidistas. Curiosamente, el único partido, complacido por esto, lo fue el PAN, sus dirigentes y candidatos. Para ellos, todo fue democrático, correcto, legal,
Los “escandalosos” e inconformes, fueron los de los partidos rivales. Supuestamente por el simple hecho de que los resultados no les eran favorables.
Este desaseado proceso electoral, será una página negra de la historia política de Baja California. Decir lo contrario, es tratar de borrar todo lo que ha ocurrido. Es tratar de tapar el sol con un dedo.
Episodios como este, lo único que propician es mayor abstencionismo. Si ese es el objetivo, lo están logrando. Muchos que no acudieron a las urnas, dirán que no tendrá caso hacerlo en el futuro, porque todo es una mafia. La mafia en el poder, de que habla Andrés Manuel López Obrador.
Nadie lo ha dicho, pero el proyecto de ciudadanizar a la política, fue un rotuno fracaso, porque los electores se percataron de que se trató de darles “gato por liebre”.
Ocurrió en todos los partidos políticos. Nadie logró engatusar a los electores
Solamente un joven, en Ensenada, Omar García, candidato independiente a Alcalde, estuvo a punto de dales un porrazo. Lamentablemente, la falta de recursos y de estructura, no le permitieron hacer más. Pero fue un valioso intento.
Por lo demás, valdría la pena cancelar el proceso electoral. Al menos el de Tijuana. Aunque lo nieguen, ¡huele a patas!
Negar que existan elementos para anularlo, es tratar de tapar el sol, con un dedo.
gil_lavenants@hotmail.com
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