Se trata de Taylor Rosenthal, quien tuvo la idea luego de numerosos accidentes mientras entrenaba béisbol. "No había ninguna forma rápida de encontrar agua oxigenada, vendas o una simple curita. Pensé que era necesario cambiar eso", cuenta.
En un primer momento, la idea contemplaba contratar a una persona que durante los torneos vendiera los kits pero rápidamente se dio cuenta de que no era rentable: "Me costaría demasiado pagar un salario mínimo para estar sentado durante las seis horas de competición. Entonces pensé que lo mejor sería crear una máquina expendedora".
Su idea fue cobrando fuerza y llamó la atención de hasta la cadena más grande a nivel mundial de parques temáticos y de atracciones, Six Flags, que ya le encargó unas 100 máquinas. "Lo cierto es que me siento genial de que tantas empresas me presten atención con tan sólo 14 años", agregó.
La primer oferta por su idea no tardó en llegar: empresas le ofrecieron hasta 30 millones de dólares, pero el joven se planta con su idea. "Por ahora, no aceptaré una propuesta inferior a 50 millones", anunció.
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