miércoles, 23 de marzo de 2016

Palco de Prensa: Los caprichos

Por Gilberto Lavenant
El asunto de la clausura del Casino Arenia, apenas en la fecha de su inauguración, propiedad de una empresa de la familia Bustamante, y en especial del exalcalde Carlos Bustamante Anchondo, está evidenciando que se trata de un asunto de caprichos y exabruptos de cacique de rancho.

En los primeros días del XXI Ayuntamiento, se detectó que, en forma irregular, antes de concluir su gestión, el Alcalde Carlos Bustamante se otorgó anuencia y realizó trámites diversos para operar un casino en el hotel propiedad de su familia.
Durante varios días se discutió si esto era válido y legal, toda vez que la Ley de Responsabilidades prohíbe beneficiar a los funcionarios del gobierno en turno, a las empresas de su propiedad o de los socios o familiares hasta el cuarto grado.
Total, no obstante las observaciones, el exalcalde anunció la apertura, luego de lo cual fue clausurado, en base a las múltiples irregularidades en que se incurrió. La principal, que la concesión fue otorgada por el gobierno federal a nombre de una empresa de Jalisco, para operar en diversas partes del país, menos en Tijuana y que los trámites para operar, se hicieron a nombre de una empresa local.
Obvio, Bustamante Anchondo, puso el grito en el cielo. Suponía que su nombre bastaba para amparar la operación del casino. Al margen de la reglamentación aplicable. Como en el rancho.
En lugar de atender las observaciones y corregir lo mal hecho, el exalcalde decidió iniciar una pelea mediática. A base de periodicazos. Uno tras otro.
Claro, la clausura le ocasionó pérdidas, que se hubiera evitado, de haber esperado hasta tener todo en regla.
Tres meses después, al observar que su embestida no le daba resultado, no obstante haber retado públicamente al Alcalde Jorge Astiazarán, decidió dar el último jalón, procediendo a denunciarlos penalmente, por la presunta comisión del delito de abuso de autoridad.
En el ámbito jurídico, se identifica a dos tipos de personas :
Aquellas a las que le asiste la razón y el derecho, independientemente de que la contraparte sea una entidad de gobierno o un particular, que acuden y agotan todas las instancias formales y legales.
Aquellas que, a sabiendas de que no les asiste la razón, ni el derecho, tratan de salirse con la suya, mediante el chantaje o la presión mediática, bajo la presunción de que tarde que temprano el rival cederá.
Si a la empresa de Bustamante Anchondo, le asistiera la razón y el derecho, a 3 meses de la clausura, ya hubiese logrado el amparo y protección de la justicia federal. En Tijuana circulan cientos de táxis amparados, o sea que carecen de permiso o concesión y que prestan servicio de transporte protegidos con una suspensión provisional.
Pero Bustamante Anchondo, ha tomado el camino equivocado. En lugar de corregir lo mal hecho, insiste en su batalla mediática y trata de resolver, por la vía penal, lo que corresponde al derecho administrativo, que pudo haberle resuelto cualquier tramitador o “coyote”.
Los funcionarios denunciados, andan que no se la acaban. Están que se mueren, por la acusación. Pero de risa y enfado, por la simpleza que señalan.
Confunden un pago que hicieron para la revisión de documentos, con el costo de la licencia de operación.
Dicen que tienen todo en regla, pero tienen pendientes 8 trámites. Cuatro ante la Secretaría General de Gobierno y cuatro ante la Secretaría de Asentamientos Humanos y Obras Públicas Municipales.
En uno de los desplegados publicados, cuestionan al Alcalde Astiazarán : ¿Qué más falta, señor Presidente?
Curiosamente la respuesta estuvo durante un mes en las oficinas de gobierno, sin que la recogieran. Cuando fueron a recibirla, lo hizo una persona asistida de Notario Público, pero trató de regresarla, al darse cuenta que no le beneficiaba, y la rompió, como para desaparecer la constancia. Pero ya la había firmado de recibida.
A los funcionarios acusados, ya les da flojera escuchar los reclamos del exalcalde y colaboradores, respecto a la clausura de Arenia.
Tan sencillo sería si don Carlos Bustamante acudiera a un “coyote” para corregir los trámites irregulares o buscara un abogado serio, que podría lograr la reapertura, por la vía del amparo.
Pero tal parece que es costumbre de familia, tratar de hacer valer sus caprichos.
Su exesposa, doña Carolina Aubanel, es la promotora del Zócalo 11 de Julio, conocido como “Plaza del Capricho”. Por aquello de que defiende el proyecto, pese a las serias críticas y señalamientos.
Don Carlos, insiste en que le autoricen la apertura del Casino Arenia, “por sus pistolas”. Pronto, a su fallido proyecto, se le conocerá como “el casino del capricho”.
Como si Tijuana fuese un rancho, en donde rifaran los cacicazgos.
gil_lavenants@hotmail.com

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