El Happy Planet Index que ha compilado el sitio Movehub permite realizar mapas y clasificaciones que ayudan a determinar en qué lugares del mundo hay mayor felicidad y se vive mejor. Las naciones más agradables salen en las próximas imágenes marcadas en verde, mientras que las más infelices aparecen en rojo.
Para la medición se han utilizado variables como el bienestar que, según los propios ciudadanos, se disfruta en el país, así como laesperanza media de vida y (muy importante) el impacto medioambiental. Este último factor sirve para determinar hasta qué punto la felicidad en un determinado país es sotenible.
Los resultados son bastante distintos a los que cabría esperar desde nuestra posición occidental. Gana Costa Rica, seguida de Vietnam yColombia. El resto de países del Top 10 están situados en América Central o sus inmediaciones.
Los valores para las naciones occidentales son, en general, más mediocres de lo que se podría imaginar. España está en un discretísimo 62º puesto de los 151 países examinados. Las dos grandes superpotencias del siglo XX, Rusia y Estados Unidos, caen por debajo de la 100ª posición.
Así están las cosas en Europa. En general, la felicidad es mayor en la zona central y occidental. Sorprenden, por la parte positiva, países con economías no demasiado potentes, como Hungría, Albania, Moldavia o Turquía; y por la negativa, estados teóricamente ricos como Dinamarca, Bélgica, Luxemburgo, Países Bajos o incluso Islandia.
En Norteamérica, en general, el panorama se pinta como bastante infeliz. Para entender estos resultados no hay que olvidar la importancia de la tercera variable: la sostenibilidad ecológica.
Sudamérica es, en general, una región muy feliz. Además de las ya citadas Colombia y Venezuela, otras cinco naciones de la zona tienen valores muy altos, y sólo dos están entre los más bajos.
Son muy sorprendentes los buenos resultados de América Central y el Caribe, donde, salvo las excepciones de Haití y Trinidad y Tobago, las notas han sido altísimas. Se trata de países quizás sin demasiados lujos, pero sí autosuficientes y en relativa paz social.
En Asia y Oceanía la situación es algo mejor, sobre todo en Oriente Próximo y en el subcontinente indio. A China también le ha penalizado mucho su poca preocupación medioambiental.
Nadie se extraña, sin embargo, por los nefastos resultados de África en estos indicadores. La lamentable situación de respeto a los derechos humanos ha hecho que la mayoría de las naciones del continente se hundan en el fondo de la clasificación.
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