En el beisbol profesional, a los jugadores los contratan por una o varias temporadas, según su nivel de bateo. Luego, cuando los propietarios de los equipos, consideran que aquel jugador en particular, ya no rinde lo requerido, ya no le renuevan el contrato. Entonces, se dice que es agente libre y puede jugar con quien pueda o quiera contratarlo.
También existe el draft. Es un sistema establecido por la ley antimonopolio, en el que todos los equipos tienen oportunidad de adquirir derechos de exclusividad, respecto a determinado jugador, de los que son elegibles para ello. La idea es que todos los equipos estén en condiciones similares, para que exista equilibrio en los juegos.
Cuando concluye la vigencia del contrato y no logran concretar negociaciones para renovar la contratación, para nuevas temporadas, entonces el jugador se convierte en agente libre. Ya no está obligado a vestir la camiseta del equipo que lo contrató.
En política, no existe la contratación con condiciones de exclusividad, como en el beisbol. Cada político es libre de militar en el partido de sus preferencias y de participar en el grupo o corriente que le es afín.
Cuando algún político, desea cambiar de rumbo, ya sea formando su propio grupo político o incluso militar en otro partido, distinto a aquel en el que militó o participó durante años, simple y sencillamente lo hace.
En política, no se dan las exclusividades de participación y por lo tanto las obligaciones para vestir determinada “camiseta”. Lo que hay son lealtades o deslealtades. Total, cada quien agarra el rumbo que convenga a sus aspiraciones.
Cabe hacer tales observaciones, por el caso del priísta René Adrián Mendívil Acosta. Inició su participación en política, bajo la tutela de Fernando Castro Trenti. A donde iba el líder del castrotrentismo, le seguía Mendívil. Podría decirse que toda su carrera política, se la debe al ahora Embajador de México en Argentina.
Cuando Fernando deja la plaza, por el desempeño de funciones diplomáticas, se decía que Mendívil era el heredero al trono del castrotrentismo. Que por ello su posición de coordinador de la fracción parlamentaria priísta, en la Legislatura Estatal.
Precisamente por eso, resultaba raro, o sospechoso, que Mendívil estuviera negociando con hankistas y kikistas, en su desesperación por lograr la candidatura priísta a la alcaldía de Tijuana, para los comicios del 2016.
Era más que absurdo, que el líder del castrotrentismo, en ausencia de Castro Trenti, negociara con el Panhkismo, que maquinó la derrota electoral del aspirante a la gubernatura estatal, independientemente del objeto o materia de dichas negociaciones.
Hay que recordar, que cuando se mencionaba insistentemente que el hankista, Carlos Barboza, era uno de los aspirantes a la dirigencia estatal del PRI, en una de sus visitas a Tijuana, el ahora Embajador tronó y se pronuncio en contra de tales aspiraciones.
Por ello el absurdo de que ahora Mendívil negocie con hankistas y kikistas. Hubo quienes cuestionaban, si es que Castro Trenti ya había restañado sus heridas y si es que dió “luz verde” para tales negociaciones.
Ahora se sabe la razón de tal absurdo o de la aparente osadía de Mendívil. Es algo sencillo, René es “agente libre”. Sigue siendo priísta, pero ya no forma parte del castrotrentismo, ni mucho menos puede presumir que sea el líder.
Alguien, que conoce las entrañas del castrotrentismo, confió al columnista, que ni siquiera existe relación entre Mendívil y Castro Trenti. Que el distanciamiento entre ambos, es mucho más que los kilómetros que separan a Baja California de Argentina.
La explicación indica, es que el distanciamiento no ha sido tan visible, precisamente por el papel de coordinador de la fracción parlamentaria priísta, que desempeña Mendívil, y la ausencia de Castro Trenti en la entidad, por el cargo público que ostenta.
Que por lo tanto, siendo Mendívil, “agente libre”, no puede, ni debe, negociar a nombre del castrotrentismo. Parece algo difícil de creer, pero dicen que esa es la pura verdad.
Cuentan que René, al pretender participar en los comicios del 2016, “habrá de jugar con sus propias canicas”, pero que no tendrá el aval o respaldo del castrotrentismo para ello, con lo que sus aspiraciones se debilitan.
Y surgen los cuestionamientos :
¿Podrá Mendívil, continuar su carrera política, fuera del castrotrentismo?
Si Mendívil no lo es, entonces ¿Quién es el líder del castrotrentismo?
¿Podría haber reconciliación, entre Mendívil y su mentor, Fernando Castro Trenti?
Dicen que el alumno, supera al maestro. ¿Pensó Mendívil que ya superó a su maestro?
Lo único cierto, es que ambos personajes ya van por caminos distintos. Que ya ambos, “pintaron su raya”.
Hechos los deslindes, Mendívil ya no deberá ostentarse como líder del castrotrentismo. Es más, ni siquiera como parte de dicha corriente política.
Falta ver la reacción de los castrotrentistas. Si se solidarizan con Mendívil, o marcan distancia.
Todo esto es interesante. Al menos para los priístas, a unos días de iniciar formalmente el proceso electoral hacia los comicios del 2015. En especial para los castrotrentistas.
gil_lavenants@hotmail.com
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