viernes, 4 de julio de 2014

La costumbre del poder: Quién como Kiko Vega

Por Gregorio Ortega Molina
No conozco al gobernador de Baja California. A amigos cachanillas les anticipé que Kiko Vega mantendría el poder para el PAN, porque los dados del cubilete estaban cargados; los oriundos de Mexicali me advirtieron: ¡Pero si es un tonto! Ahora sabemos que sí.

Kiko Vega sostiene que puede hacerse muchas mansiones como la que ahora se construye. Ese no es el punto, lo importante sería determinar si de haber perdido las elecciones hubiera iniciado la construcción de su nueva casa. Creo que no, porque, por lo pronto, evadirá impuestos y la escrituración será un regalo. En cuanto a los gastos corrientes, es casi seguro que el municipio cargará con la honrosa distinción de evitarle esa molestia al señor gobernador, a menos que se demuestre lo contrario.
Si el poder político en el ámbito federal adquiere niveles de ilusionismo, en el nivel estatal los gobernadores conservan la fuerza y presencia de los virreyes, de los procónsules, de los embajadores plenipotenciarios en la época del macartismo. De allí la necesidad terca de crear el INE, pensar que el presidencialismo puede restaurarse a los niveles en los que Carlos Salinas le cedió los trastes, para la última faena, a Ernesto Zedillo.
¿Quién como Kiko Vega? Sólo el gobernador de Baja California, empresario y político, puede darse el lujo de disparar esas respuestas, ajenas a lo políticamente correcto, próximas al cinismo.
Anotado dejó mi gurú en asuntos de filosofía y conocimiento del poder y su relación con los humanos: “… las consecuencias indirectas del ejercicio del poder tienen mucha más importancia que los esfuerzos conscientes de los poderosos. Todo poder, por el hecho mismo de ejercerse, extiende hasta el límite de lo posible las relaciones sociales en las que reposa.
“… aunque el poder depende de las condiciones materiales de vida, no deja nunca de transformarlas… conviene elaborar un esquema abstracto de este juego de acciones y reacciones, poco más o menos como los astrónomos tuvieron que inventar una esfera celesta imaginaria para orientarse en los movimientos y posiciones de los astros”, o de la sociedad, añadiría para contextualizar la declaración de Kiko Vega sobre su fortuna, en el Momento Mexicano y en la promesa de mover a esta nación.
Dejó de ser un asunto de percepciones, para convertirse en tema sobre la manera en cómo la sociedad habrá de asumir las reacciones colaterales del poder político que la asedia.


FUENTE: www.almomentonoticias.mx

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