viernes, 6 de junio de 2014

Palco de Prensa: El Dٌía de la Hipocresía

Por Gilberto Lavenant
Este sábado, 7 de junio, como tradicionalmente se ha hecho, a partir de 1951, se llevan a cabo eventos diversos, generalmente organizados por los gobernantes, y en los que los periodistas son los “invitados especiales”, dizque para celebrar la “Libertad de Expresión”.

¿Puede alguien creer, que los políticos organizan estos eventos, de manera sincera, honesta, porque realmente están felices de que en México exista Libertad de Expresión ?
¿Puede alguien creer, que los políticos festejan la existencia de periodistas que les señalan sus fallas, excesos y actos de corrupción y que por eso les organizan un ágape, para manifestarles sus afectos y reconocimiento, por su labor periodística profesional?
Sin duda alguna, a nadie le agrada tener alguna piedra en el zapato. A los políticos, para nada les agrada la existencia de periodistas críticos, analíticos. Aquellos que les cuestionan y les señalan sus yerros.
Por ello, debe reconocerse que el 7 de junio, más que la fecha de celebración de que los mexicanos, y en especial los periodistas, puedan expresarse con libertad, debe considerarse como el Día de la Hipocresía.
Es la fecha en que los políticos, hacen gala de sus aptitudes actorales e hipócritamente saludan y felicitan a todos los periodistas. Incluso a aquellos que les critican y les señalan sus fallas o excesos.
La cuestión es que muchos periodistas, también simulan satisfacción, por las celebraciones que los políticos hacen, con el pretexto de la Libertad de Expresión. Ambas partes, aparentan tener una relación cordial, armoniosa y de respeto mútuo. Qué bonita familia.
Lo cierto, es que la relación políticos-periodistas, generalmente es perversa, distorsionada, atenuada por un juego de intereses, tanto políticos, como económicos. En especial, regidos por aquella sentencia diabólica : “no pago, para que me pegues”.
Y efectivamente, los gobernantes utilizan los recursos públicos, para pintar de color “rosa” su desempeño. Los presupuestos, para el área de Comunicación Social, son más cuantiosos, que los destinados a muchas áreas esenciales. Absurdo, pero cierto.
Esto afecta o mediatiza al ejercicio de la libertad de expresión. Muchos periodistas, no se atreven a investigar y difundir actos de corrupción, por temor a perder sus prebendas. Por ello, se dedican a difundir simples “notas de relleno”, aquellas que resultan intrascendentes. Eso sí, son profusos, detallistas, en actos de corrupción registrados en el otro lado del mundo.
Es como el chiste aquel, de un mexicano y un estadounidense. Este último, le presume que en la Unión Americana hay tanta libertad de expresión, que es capaz de pararse frente a la Casa Blanca, la residencia presidencial, y decirle al Presidente, que es un tal por cual. El mexicano, tratando de no verse menos, le responde que él también puede hacerlo, y, como muestra de ello, a grito abierto, señala : “Obama, eres un sinvergüenza” y muchas otras cosas más.
Así ocurre en México. Muchos periodistas son valientes, refiriendo la corrupción de diversos puntos del planeta, menos las de México. Menos aún la de la comunidad de la que forman parte. Muchos medios, se convierten en simples cajas de resonancia de las “noticias alegres” o boletines oficiales de las diversas instancias de gobierno, que les representan gratificaciones y apapachos.
La relación entre políticos y periodistas, generalmente es bajo la regla : “como me trates, te doy”. Incluso, cuando algún periodista se atreve a romper esa “armonía”, cuestionando o señalando excesos o errores de los políticos, simplemente le recortan o suspenden las asignaciones presupuestales. Claro, algunos doblan las manos y se someten.
Respecto a las relaciones inmorales o de sometimiento de periodistas, por parte de gobernantes, se han escrito muchas páginas negras, que ensombrecen las celebraciones de la Libertad de Expresión.
Destacan algunos pasajes de la administración de José López Portillo. En un evento de este tipo de celebraciones, en 1982, Francisco Martínez de la Vega, destacado periodista, colaborador de la Revista Siempre, se refirió al hecho de que la administración lopezportillista canceló la publicidad oficial a la Revista Proceso, por sus constantes críticas.
“Cuando la autoridad sataniza –dijo- a un profesional o a una publicación, algo falla en esa relación, pues basta que se haga pública la hostilidad de una autoridad hacia algún órgano periodístico, para que la existencia de ese órgano se haga casi imposible, ya que sobran quienes, en todos los sectores, prefieren halagar a la autoridad que mantener una relación normal con el periodista y su publicación satanziados. No puedo soslayar que esta situación es preocupación grave para el periodismo mexicano”.
“El Presidente –añadió- no evadirá su responsabilidad en la medida tomada y cuestionará públicamente : ¿Una empresa mercantil, organizada como negocio profesional, tiene el derecho a que el Estado le dé publicidad para que sistemáticamente se le oponga?”
Y remató diciendo : “Esta, señores, es una relación perversa, una relación morbosa, una relación sadomasoquista que se aproxima a muchas perversidades, que no menciono aquí, por respeto a la audiencia. Te pago para que me pegues. ¡Pues no faltaba más!”
Las cosas no han cambiado mucho. La relación de políticos y periodistas, se sigue regulando por la advertencia : “no pago, para que me pegues”. Por eso lo de las hipocresías.
gil_lavenants@hotmail.com

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