Gwynn, un artesano en el plato de bateo y ganador de ocho títulos de bateo, tenía el sobrenombre de “señor Padre” y era uno de los atletas más queridos en San Diego.
Él achacaba el cáncer oral a la costumbre de masticar tabaco durante muchos años. Desde marzo había tomado una licencia para ser atendido de esa enfermedad y dejó su puesto como entrenador de béisbol en su alma máter, la universidad San Diego State.
Murió en un hospital en la ciudad de Poway, cercana a San Diego, informó su agente John Boggs.
“Estaba en una dura batalla y lo que puedo decir es que definitivamente se encuentra en un lugar mejor”, dijo Boggs a The Associated Press. “Sufrió mucho. Luchó. Probablemente es como mejor puedo describir la forma en que batalló contra su enfermedad y fue valiente hasta el final”.
Greg Maddux sobre Tony Gwynn: "En varias ocasiones lo puse en 0-2, pero no había forma de poncharlo, era un virtuoso del bateo".
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