El presidente del Grupo Interdisciplinario de empresarios que aviva la pugna por la definición de los límites territoriales entre Ensenada y Playas de Rosarito, Andrés Armenta, no titubeó en llamar a los locales como “perrada” y dijo “La Perrada de Rosarito” una palabra coloquial para referirse a la raza, a la plebada, a los de abajo. Lo que no es gran cosa viniendo de un sujeto tosco y brabucón, con aspecto de ogro perfumado.
Pero cuando el alcalde de Rosarito, Silvano Abarca Macklis, otro personaje bien conocido también por su folklore, no menos desbocado y hablador, revira el concepto y les dice “Burros” a los de Ensenada, muchos arquearon las cejas en la sala de cabildo, por lo que el morenazo alcalde pronto aclaro que solo se refería a los del Grupo Interdisciplinario y a nadie más. El daño ya estaba hecho, porque a Silvano no le cae el veinte de que es el Presidente Municipal y luego le da la razón a quienes le critican de estar desubicado y peor aun de que sus “lagunas mentales” de “lapsus” o de plano “choches mental”, le generan no pocos problemas al enemistarse con quienes se supone al menos, debe de negociar, convencer con argumentos siempre apegados a la Ley en un marco de respeto institucional. Gran cosa para el “jefe de la comuna” que dice que “entiende y atiende”. Y no se trata de machacar en epítetos personales o de caer en la simplona postura de “péguenle al negro” no. Pues estamos convencidos de que el alcalde tiene sus destellos de humildad y un “clinch” con el pueblo que ya lo quisieran muchos políticos, no puede ni nunca podrá sacar adelante la administración del municipio, si no es con la ayuda bien intencionada de todos. Solo falta esperar que esto lo entienda el propio Silvano, que se faje los pantaloncitos y se sacuda a la pelusa que le acompaña y mal-aconseja, muchos de ellos ni son de Rosarito por lo que su compromiso con la ciudad está bajo reservas…Ya entrados en animaleros, rescatar las palabras de nuestro bien amigo el Veterinario del Pueblo, Francisco Ayala, quien critica acremente a aquellos políticos que solo se han montado en el tema de la garrapata y la rickettzia para jalar reflectores, tomarse la foto y llenarse la boca de floridos discursos que no sirven para nada, cuando el problema de salud es serio y amenaza con salirse de control. No son pocos los políticos de ocasión que se aferran cual “chinches” a esta bandera, por lo que bueno será darles “flit” y ponerlos a trabajar en el asunto ya.
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