Por Alfredo Calva
Lo difícil dicen, es hacerlo la primera vez, las subsecuentes ya no son problema alguno, ni de conciencia, ni de dignidad, y eso, es lo que algunos regidores integrantes del cabildo del VI Ayuntamiento de Playas de Rosarito han aprendido en estos casi seis meses de ejercer el cargo que los rosaritenses les confiaron.
Todo indica que hoy jueves en la sesión de cabildo, se votara, salvo se cambie la consigna antes del evento, para dar la concesión de arrastre de vehículos automotores a la empresa Grúas Salceda, quien a través de un mercadeo de sufragios con algunos de los ediles por interpósita persona, le permite tener la seguridad de obtener sobre sus competidores la citada concesión.
Recordemos que Grúas Salceda ya fue de manera ilegal favorecida por el comité técnico de concesiones del gobierno municipal, con la factibilidad para obtener la concesión en referencia, sin embargo, ésta fue anulada por haberse violentado lo estipulado en el articulo diez del reglamento de la materia, que señala que no se otorgaran concesiones a quienes tengan familiares en e gobierno del que se trate.
En este acto de ilegalidad e irresponsabilidad incurrieron la regidora Suldma Beltrán y el Oficial Mayor, Luis Franco, quienes con su voto superaron a la negativa de la edil Rosa María Plasencia, quien fue la única que ha tenido a bien leer los ordenamientos que por obligación legal se deben de observar.
El asunto se torna con visos de corrupción no solo por el extraño voto de la regidora y el Oficial Mayor, sino también por la complacencia de estos ante una deuda que arrastra Grúas Salceda con el gobierno municipal por un monto de 1´330´302.17 pesos, que desde finales del 2011 la referida empresa debió de haber cubierto.
En fin, durante la sesión de cabildo sabremos cuales regidores votan a favor de Grúas Salceda y con ello, conoceremos quienes fueron participes de la subasta de sufragios, pero solo eso sabremos, porque veo difícil, aunque no es imposible, que trascienda cuanto fue el costo de cada voto.
Lo interesante de algunos ediles, es que han diversificado sus funciones, ya no solo son gestores, fiscalizadores de los recursos y parlamentarios de ordenamientos y reglamentos, ahora, algunos de ellos, se han tornado representantes de empresarios del entretenimiento, de despachos que se dedican a la gestión de recursos públicos y de lo que emerja, que les permita incrementar sustancialmente sus percepciones económicas personales.
Los nombres surgirán a la opinión publica.
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