* Red de traficantes de órganos infantiles “Fantasmas a los ojos de las autoridades”
Por Miguel Rojas Salazar
No es cierto que no sea cierto que hay secuestros de infantes para extraer órganos, dos casos documentados en exclusiva por el Colegio de Comunicadores e Investigadores de la Frontera C-CIF, prueban que opera en ésta Ciudad Fronteriza una red de traficantes de órganos especialmente infantiles, utilizando como “trasladistas” a taxistas en éste y otros delitos.
La prueba contradice a las autoridades que fehacientemente oponían la versión y convierte -dicho sea de paso-, al secretario de Seguridad Pública de Tijuana Alejandro Lares y al fiscal especial de la PJGE Miguel Angel Guerrero, en “encubridores” por ocultar u omisionar desde sus esferas de competencia, este registro que supera la psicosis social literalmente.
Fuentes de las cuales omitimos por obviedad nombres para salvaguardar su seguridad física y/o patrimonial, declaran que a fines de Enero del 2014 un taxista se suicidó en el “Guaycura” zona popular en Tijuana entrada al este de la Ciudad a un polígono submarginado políticamente e infra-inseguro socialmente.
El “ruletero” tras chocar con el auto de una joven mujer siendo culpable, descendió del auto renta-usuario, mostrándose sumamente nervioso, al tiempo que reiteraba a la parte ofendida que “no hablara a la policía y el entregaría una buena suma de dinero que le traerían enseguida”
La mujer sintiéndose insegura marcó a la línea de urgencia social, por lo que en cuanto se oyeron las sirenas que acudían a registrar el peritaje vehicular común, se disparó en la cabeza quedando sin vida y rebasando el hecho lo trascendental.
La “autoinmolación” solo era un preludio a lo que seguía como parafernalia de alto impacto:
Al abrir la cajuela los patrulleros se sorprendieron al ver atestada de cuerpos de niños sin ojos ni órganos internos.
Procedieron a retirar a la víctima del choque apresuradamente para hacerse “cargo” y dar parte a sus “superiores”.
Al siguiente día, la conductora leyó periódicos y vio en las noticias sobre el suicidio del taxista invariablemente nota roja y espectaculares crónicas manejando como móvil problemas sentimentales o personales, ni el más mínimo detalle del macabro descubrimiento.
Otro caso documentado en exclusiva con testigos que no desean exponerse debido a la desconfianza que presume un contubernio entre policías y traficantes de órganos expuso que sobre la ruta del Boulevard 2000 , primer acceso a Tecate sobre la carretera libre, afuera del supermercado “Ahorrara”, dos sujetos arrebataron un niño de brazos a una mujer, el asunto igual se publicó en medios de comunicación como un secuestro sin continuidad e investigación.
Un mes después, ya no hubo puntual seguimiento ni “boletín” de la PGJE respecto a que se había encontrado al infante arrojado en un paraje, solo que destazado, sin órganos. El mismo patrón, igual modus operandi de asesinos seriados, que la propia Procuraduría General de Justicia del Estado PGJE y la Secretaria de Seguridad Pública de Tijuana, convirtieron en “fantasmas” y más allá, predicen la no existencia de estos actos.
Alejandro Lares Valladares Secretario de Seguridad Pública, junto con el Coordinador Estatal de la Unidad contra Delincuencia Organizada de la Procuraduría de Baja California, Miguel Ángel Guerrero, expusieron en conferencia de prensa el día 28 de marzo textualmente:
“Son falsos los supuestos casos de robo de menores, no hay reportes de niños extraviados o que hayan sido utilizados para extraerles los órganos, la información sobre secuestros de menores que circula en Internet, alarma a la población y sólo se trata de una psicosis social, e insistieron en que todos los reportes son falsos”
En primer terminó la Unidad contra la delincuencia Organizada hasta hoy, no ha realizado investigaciones en campo, solo de escritorio recibe y en discurso defiende su puesto e igual la secretaria de Seguridad Pública de Tijuana, entra ambas, ninguna revelación importante , menos desmantelamiento sobre trata de blancas, tráfico de indocumentados, prostitución y narcomenudeo que florecen en la zona norte y centro de Tijuana, como macro- campo de prueba que exhibe “el mapa del hampa” desde los 90s ahí asentado impunemente.
El tráfico de órganos en esta Frontera, aunque no es nuevo con antecedentes “aislados” está, en este momento, superando sus niveles delictivos al parecer, contaminando de corrupción la estructura policiaca, cooptando políticos y “desvaneciendo” pruebas antes que aportarlas.
Los taxistas en Tijuana, además de surtir drogas a domicilio, en lugares públicos, rentar unidades a la delincuencia organizada con servicios exclusivos, ahora extendió su brazo delincuencial y por ejemplo, la noche es un escenario en el que más y mejor se “mueven” pues las unidades de este turno en su mayoría no alcanzaron revalidación o placas y bajo “piratería” operan, contratando los patrones irregulares a choferes con antecedentes. Muchos de ellos son ex convictos, y se refugian en anexos, un escondite perfecto de éstos y otros ejemplares delincuentes.
Otro dato revelador es que Servicio Médico Forense, SEMEFO, antes de levantar y trasladar un cuerpo con su respectiva Fé , “contrata” a la funeraria que se encarga de “maquillar” algunos féretros para extraer la fortuna en que se convierten sus órganos vitales. Ni se diga a cadáveres “no reconocidos” que van a la fosa común “vacíos” .
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