Con frecuencia, los ciudadanos comúnes y corrientes son víctimas de abusos, de parte de policías arbitrarios y funcionarios prepotentes, abusivos. Aunque los superiores jerárquicos, siempre sacan alguna justificación o explicación, argumentando que fueron simples “malos entendidos” o que eran justificados los actos, por la rebeldía e irrespeto de “Juan Pueblo”. Ni la burla perdonan.
Cabe recordar, que recientemente, el periodista José Luis Camarillo, fue salvajemente sometido por policías municipales, por atreverse a tomar fotos, cuando realizaban un arbitrario desalojo de colonos de Los Arenales, a espaldas de la Central de Autobuses.
Días después y luego de una “velada” amenaza, el reportero aceptó dejar el asunto por la paz, con un aparente ”usted disculpe” de parte del entonces Secretario de Seguridad Pública Municipal de Tijuana, Alberto Capella, bajo el argumento de que los energúmenos actuaron salvajemente, para proteger al periodista, al haber traspasado las señales de seguridad. La verdad es que los videos relativos a tales hechos, no dejaron dudas de que fue una salvajada.
La prepotencia, es un mal que afecta a casi todos los elementos de corporaciones de seguridad pública o custodios de reclusorios. Se entiende, la mayoría de ellos son de bajo nivel cultural, que no es precisamente condicionante para que sean arbitrarios.
Más bien, los prepotentes, son individuos irracibles, incendiarios, de esos de mecha corta, que con cualquier pretexto se encienden y descargan sus corajes y frustraciones con el primero que se cruza en su camino. Si por naturaleza propia, son proclives a la violencia, dótenlos de una arma y una placa policiaca y lo demás es fácil imaginarlo. Dicho con todo respeto, pero casi deberían colocarles un letrero : “cuidado, perro bravo”.
Sin embargo, gran parte de la prepotencia, la originan principalmente los jefes de esos individuos, que no solamente les toleran sus arbitrariedades, sino que los alientan. La instrucción precisa es que impongan su autoridad, a como dé lugar. Sobre todo, que no se intimiden si con quien se topan es algún periodista, algún político o funcionario público. Los salvajes se sienten todopoderosos.
Ahora, son los abogados los que están padeciendo la prepotencia de los directivos y custodios de la Penitenciaría del Estado en La Mesa. En días pasados, el Consejo Directivo del Colegio de Abogados “Emilio Rabasa”, A.C., se reunió, en atención a las múltiples quejas recibidas, tanto de parte de miembros de dicha organización, como de la ciudadanía en general, respecto al trato recibido, de manera indigna, despótico y violatorio de los derechos humanos, por parte de las autoridades carcelarias.
En dicha reunión, participaron los expresidentes del Colegio, Marco Antonio Macklis Mercado, Francisco Gallegos Zamora, Benigno Licea González, Arturo Camacho Quintana, Xavier Carbajal Machado y José Luis Molina Magaña. Todos reprobaron las vejaciones.
Entre otras cosas, señalan que a los abogados que tienen la necesidad de acudir al penal a entrevistar a sus clientes ahí recluidos, son sometidos a revisiones indignantes. Les ordenan quitarse los zapatos, en algunos casos hasta la ropa y de paso les hacen revisiones corporales, a base de tocamientos denigrantes. Aunque hayan quienes lo duden, ni a los hombres les agrada que alguien los toque sin su consentimiento.
Resulta extraño que recurran a ese tipo de revisiones físicas, cuando que se cuenta con un detector de metales de alta tecnología. Posiblemente ni siquiera saben cómo funciona. Así mismo, no les permiten el uso de tarjetas de presentación, ni plumas, para hacer apuntes
Este jueves, a partir de las 10:00 de la mañana, directivos y miembros del citado Colegio de Abogados, se plantarán frente a los accesos del penal de La Mesa, para protestar por tales arbitrariedades. Están hartos, ante el cúmulo de reclamos y ante el caso omiso de los directivos del llamado Cereso de La Mesa.
El enérgico reclamo ya se lo hicieron llegar al Gobernador Francisco Vega de la Madrid y advierten que insistirán, hasta que directivos y custodios del penal entiendan, que deben dejar de adoptar medidas absurdas, propias de prepotentes. Y habría qué cuestionar : Si eso hacen a los abogados, qué no harán con los internos y con los familiares de estos cuando van a visitarlos ?
La privación de la libertad, tanto durante el proceso penal, como en ejecución de una sentencia, implica la suspensión de derechos políticos, esos de “votar y ser votado”, pero los internos no pierden nunca sus derechos humanos, sus garantías individuales. Las arbitrariedades, no tiene excusa ni justificación alguna.
En el caso de los abogados penalistas, que ingresan al penal en ejercicio de su profesión, tienen el irrestricto derecho de que se les dé un trato digno, respetuoso, independientemente de las medidas de precaución o limitantes para el acceso al reclusorio.
Este tipo de situaciones, chocan contra el discurso político, demagogo, de doble moral. Todo indica que al interior de los penales, la prepotencia es la ley máxima, y las vejaciones a internos, así como a sus familiares y abogados, son la regla general.
Seguramente, muchas personas se darán cita este jueves a las 10:00 de la mañana, frente al acceso principal de la peni, para sumarse a esta protesta. Los abogados ya advirtieron que podrán hacer constar las arbitrariedades y que llevarán estos reclamos hasta sus últimas consecuencias.
Se insiste, si eso hacen a los abogados ¿Qué no harán a los internos y familiares?
gil_lavenants@hotmail.com
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