Comandado desde la secretaría del Ayuntamiento, el nuevo Cártel de Tijuana opera a sus anchas y, desde la oficina de Bernardo Padilla Muñoz, extorsiona y somete a cada sector productivo de la ciudad, pero también a cada grupo criminal de poca monta, es decir a roba carros, traficantes de personas, explotadores sexuales, traficantes de drogas y tratantes de blancas. A todas va el recomendado de Jorge Hank Rhon.
Por lo anterior, en el ayuntamiento de la ciudad, el presidente municipal, Jorge Astiazarán Orci no es más que un pelele, sometido a las instrucciones y ninguneo del secretario del Ayuntamiento, Bernardo Padilla Muñoz quien, por cierto, se ha convertido en un feroz y perruno difamador de quien lo impuso en el cargo, el ingeniero Jorge Hank Rhon y de reconocidos hankistas, como el ex presidente municipal sustituto, Kurt Ignacio Honold Morales y el político Carlos Barboza Castillo, entre otros.
El señorito Padilla Muñoz presume a quien lo quiere escuchar, que a él quien lo apuntaló en el cargo que ocupa, es su padre, Praxedis Padilla quien, según él, es el principal asesor del presidente municipal, el extraviado doctor Astiazarán Orci, a quien en realidad le debe su postulación y triunfo, lo que evidentemente es una locura.
Más allá de sus desplantes arbitrarios y de torpeza política, pero sobre todo malagradecido como es, el tal Bernardo convirtió ya el ayuntamiento en caja recaudadora de sus corruptelas, especialmente en agravio de los empresarios de la industria de la diversión, congales, como se les llama de manera coloquial a quienes ha impuesto altísimas cuotas semanales que, según él, hace llegar hasta las manos de quienes dice que son sus patrones: el presidente Astiazarán y Mario Madrigal Magaña, el hombre de más confianza del ingeniero Hank.
El recurrente abuso y las reiteradas exigencias de fuertísimas cantidades de dinero, tiene molestos, lo que sigue, a los empresarios de bares y cantinas de Tijuana, de ahí que se prepare una campaña mediática que buscará frenar la rabiosa extorsión de que son objeto.
Un par de representantes de propietarios de bares, cantinas y centros nocturnos de la ciudad, confiaron al reportero, que disponen de material que prueba la recurrente extorsión de que son objeto por parte del señorito Padilla Muñoz, cuyo emisario, el señor Jesús Velásco no sólo pide dinero. También les pide algo de coca (cocaína) pa´l patrón.
Lo que enardeció a los representantes de esos establecimientos, fue la tramposa clausura a mediados de diciembre de vvarios establecimientos, con el cuento de que no disponían de sus documentos en regla, cuando en el fondo del asunto, es que les pidieron hasta 15 mil dólares a cada uno, para permitirles la reapertura, además de la cuota semanal, que va de los 3 a los 5 mil dólares, según me confiaron.
En el colmo del malestar, lanzaron la advertencia de que en cualquier momento podrían filtrar imágenes y grabaciones, con las que probarán que son objeto de una feroz extorsión, además del reiterado pedimento de droga y el envío de acompañantes, mujeres, hombres y transexuales, para atender a los jefes.
El asunto podría ponerse delicado para el secretario municipal, el señorito Bernardo Padilla, en cuanto se enliste a los grupos que tiene ya sometidos a altísimas cuotas bajo la mesa para permitirles trabajar, lo mismo a vendedores callejeros de carros, que a grupos de los que se los roban y tiradores de droga.
En el caso de los comerciantes ambulantes y semifijos, así como con lo relacionado con el transporte, Bernardo Padilla lleva como socio al regidor Francisco Javier Hernández Vera, el proxeneta de los Valencia, los Eligios, padre e hijo que, desde la dirección de El Mexicano se dedican a pedir favores y a extorsionar a políticos, empresarios y autoridades.
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