Las huestes de Hugo Torres Chabert, que tiene ubicadas en las diferentes organizaciones del sector productivo rosaritense aglutinados en el CCE, en la práctica realizan lo que con singular enjundia critican a las autoridades, su falta de observancia a las normas, reglamentos y leyes.
Un caso típico de esta situación es Alfonso Padres, quien fue autorizado por su mentor político, Hugo Torres, para contender en pos de la presidencia de la paramunicipal denominada Cotuco. El que Padres aspire al cargo no es irregular, salvo que, el señor Padres es en la actualidad el titular del Consejo Coordinador Empresarial (CCE).
De acuerdo a los estatutos de ese organismo que aglutina a los diferentes sectores productivos de la comunidad rosaritense, el señor Padres debió de haber dimitido al momento de haber manifestado oficialmente el deseo de Hugo Torres para llegar él, al Cotuco, hecho que se registro en las instalaciones de la Canaco el pasado martes 15, ante integrantes de las diferentes cámaras pertenecientes al CCE.
Sin embargo, tal parece que los estatutos no tienen significado cuando de Hugo Torres y su capricho se trata, caso contrario sería, si el inobservante de los ordenamientos fuera en contra de los deseos del cacique y estuviera en esa posición, ya hubiera pegado el alarido de inconformidad aduciendo una candidatura irregular e ilegal. Cuestiones de óptica.
Solo falta que el próximo jueves 23, Torres Chabert se empecine con llevar a personajes que no tienen derecho a voto para que sufraguen a favor de su candidato, Alfonso Padres, lo importante es obtener el cargo para seguir mangoneando a su antojo las acciones, eventos y presupuesto de la paramunicipal a favor de su empresa.
Intentara obstruir por todos los medios la llegada al cargo del contrincante de Alfonso Padres, Víctor Loza, quien trae un programa definido, agresivo y congruente, que puede realizarse, a diferencia de su oponente, quien desconoce el tema.
Para ello, Víctor Loza solo requiere que los títeres de Hugo Torres Chabert, por primera ocasión tengan la dignidad de sufragar por sí mismos, y no siguiendo las órdenes de su hacedor y padre político.
En unos días conoceremos que triunfo, la rebeldía por una independencia, o como siempre, la servil sumisión.
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