viernes, 20 de diciembre de 2013

Cicuta: Martín Plascencia, Adalberto Ortega, La tregua

Por Jaime Flores Martínez
Cubil: Avergonzados por la pésima actuación de su actual dirigente Martín Plascencia, los burócratas de Tijuana se resisten a tropezar con la misma piedra. Ninguno de ellos está dispuesto a permitir que imponga en su lugar al joven Adalberto Ortega, quien ahora mismo despacha como secretario de Finanzas del propio Sindicato.


La mayoría de los burócratas están convencidos que Plascencia se atascó sin empacho en el chiquero de la más infame corrupción, aunque más grave resultan sus desesperadas maniobras para heredar la dirigencia a Adalberto Ortega. Durante los últimos 36 meses ésta mancuerna ha manejado a su antojo los dineros del Sindicato de Burócratas.

Excepto sus incondicionales, la mayoría sabe que este hombre es responsable de saquear las arcas del sindicato con un monto superior a los 10 millones de pesos. Luego de tres años de fungir como titular de la burocracia local, Plascencia se construyó una lujosa cabaña en Tecate, con valor aproximado al millón y medio de pesos.

Don Martín utiliza ropa cara, se transporta en una Hummer, come en exclusivos restaurantes y parrandea en lupanares vulgarmente costosos. En sus inicios este hombre conducía un camión recolector de basura pero esos tiempos quedaron muy lejos.

Integrantes de planillas contrarias denuncian malversación de fondos públicos, además de maniobras para evitar que sus contrincantes obtengan su registro rumbo a la elección programada para el próximo 6 de febrero. Ese día los burócratas elegirán el relevo del insaciable Plascencia.

Con un descaro que espanta, don Martín busca impulsar a su secretario de finanzas para relevarlo y dejar atrás a Juan José Juárez, un secretario de vivienda que salió más vivo para apropiarse de lo ajeno. Si Plascencia esperaba quedarse con todo, el señor Juárez le dio una lección de tracalería aplicada.

Plascencia y Juárez se han enfrascado en un lío legal, pues el señor Juárez habría malversado poco más de 680 mil dólares de su responsabilidad como titular de vivienda. Este hombre utilizó recursos pertenecientes a los burócratas en obras inexistentes, entre ellos una inversión millonaria al gimnasio ubicado en la parte posterior del edificio de burócratas en la zona centro de Tijuana.

Juárez manejó a placer los dineros por la venta de 2 distintos fraccionamientos, uno de ellos en Tijuana y el otro en el municipio de Tecate. Las ganancias millonarias fueron “invertidas” en obras que no fueron consultadas a los integrantes del comité. Antes de gastarse el dinero debió ser avalado.

Las diferencias entre Plascencia y Juárez provocaron que este último se haya decidido a buscar el sitio que ocupa Plascencia, aunque este último está dispuesto a impedirlo. Plascencia denunció penalmente a Juárez con la intención de impedir que obtenga su registro para la elección de febrero, pero Juárez recurrió al amparo de la justicia Federal para obtener una suspensión provisional. Juárez encabeza la planilla dorada, mientras que Adal representa la planilla rojinegra.

En otro frente se encuentra el candidato de la planilla guinda Manuel Oceguera Villa, calificado como férreo detractor y crítico de Plascencia. Ya Oceguera advirtió que de llegar a la dirigencia ”meterá a la cárcel a Martín Plascencia y a toda su pandilla de corruptos”.

No obstante, Oceguera se encuentra “al filo del acantilado”porque Plascencia amenaza con aplicarle la Ley de Seguridad Pública en Baja California que refiere la inseguridad laboral de los servidores públicos que trabajan en alguna dependencia de seguridad. Al laborar en la Procuraduría General de Justicia del Estado Oceguera puede ser desconocido como empleado, aunque solo sea “personal de apoyo”. Si le aplica esta medida, Martín Plascencia lograría dejar a Oceguera fuera de la competencia.

El propio Oceguera está convencido que la intención de su dirigente es imponer a Ortega para mantener tapada la coladera de la pestilente corrupción existente. Plascencia firma los cheques con Ortega de forma mancomunada, situación que solidifica la complicidad.

Algunos ex dirigentes de los burócratas en Tijuana apuntan con el dedo al responsable de la burocracia local, pues aseguran que ha incurrido en excesos. Nunca antes un dirigente se había enriquecido con tantísimo descaro.

Pertrechado en el fuero como regidor Plascencia está seguro que podrá controlar el eventual desfalco que le achacan sus detractores, aunque sus críticos reconocen que Plascencia cuenta con el apoyo de 200 integrantes activos del sindicato de burócratas, todos ellos unidos por una cadena interminable de intereses.

Ah, hace unos días hubo un acuerdo entre los dirigentes de los burócratas de los cinco municipios del estado para echar mano de un una bolsa de 150 millones de pesos que saldrán de la “reserva técnica” de los burócratas. Ese dinero lo utilizaran para ofrecer “préstamos” a sus agremiados. ¡Que casualidad! ¡Nunca comprarían conciencias!

Receso

Como sucede cada fin de año, el autor de Cicuta hace un breve receso con la intención de no provocar sobresaltos a personajes que por sus acciones han merecido espacio en esta columna.

La intención es que la paz, la alegría y el relajamiento invadan el hogar de todos. En un gesto de generosidad, Cicuta ofrece esta pausa como un presente que—seguramente-- será valorado por un sector.

Esta columna dejará de publicarse por dos semanas. A disfrutar la tregua.

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