La última vez que tuve oportunidad de platicar con don Oscar Genel, resultó como siempre una verdadera lección de periodismo y de vida; esa que vivió sin seguir a nadie, pero seguido por muchos. Fue en el Sanborn’s de la Calle 8, el de los chilangos, como identifican los tijuanenses a ese establecimiento.
En aquella oportunidad, hablamos sobre los candidatos al senado de la República (Ernesto Ruffo Appel, Marco Antonio Blasquez Salinas y Eligio Valencia Roque). Ninguno le parecía con el nivel que ocupa Baja California, para poner en alto su nombre y reposicionar a la entidad en el contexto nacional.
─ Lo he leído… He estado atento de su opinión sobre los candidatos… Me parece que si algo malo han hecho en su vida, usted ya lo dijo todo… Lo que no ha dicho, es que la visión de cada uno de ellos es bastante regional…
─ ¡Ni a cuál irle!, contesté, para luego atizar el tema: Ni modo don Oscar, los próximos senadores de Baja California serán asociados de narcotraficantes o explotadores de trabajadores; ¿Cuál prefiere; por cuál hay que votar?
Con ese estilo único, respetuoso, pero puntual; y su forma de hablar pausada, tanto como precisa y sin rodeos, su respuesta fue contundente: El voto es secreto, pero la abstención también cuenta… Lo importante es votar y si lo hace por ninguno, es también un claro mensaje de descontento con lo que los partidos ofertaron en esta ocasión.
Cuando conocí a don Oscar Genel González, hacia mediados del 99, gracias a la presentación de mi estimado y respetado amigo Carlos Mora Álvarez, entonces regidor del ayuntamiento de Tijuana, tuve de él una excelente impresión, misma que se acentuó a medida que me permitió platicar con él, compartiendo unza taza de café, en el Vip’s de la Zona del Río.
Dueño de un estilo personalísimo, que lo hizo a lo largo de sus 83 años de vida, un hombre respetado y respetable, don Oscar nunca se negó a dar un consejo a quien lo pidió, como fue mi caso. Su comentario en radio y televisión; su opinión plasmada en las páginas del periódico Frontera, fueron siempre encaminadas a la propuesta. Creo que detestaba la diatriba. Lo suyo fue siempre el respeto a los demás.
A pesar del poco trato que tuve con él, recuerdo que poco antes de asumir Jorge Hank Rhon la presidencia municipal de Tijuana, encontré a don Oscar y aproveché para preguntarle su opinión sobre la filiación priista del mexiquense y panista del entonces gobernador, Eugenio Elorduy Walther.
Siempre certero y respetuoso en sus apreciaciones, se concretó a responder mi duda sobre el choque de trenes que se avecinaba en la ciudad: Mire usted Pedro, me dijo, creo que ambos deben ser prudentes y, por el bien de Tijuana y del estado, entender que una mano lava a la otra y juntas lavan la cara. Fue un caballero de la comunicación. Un referente del periodismo fronterizo.
Su ausencia terrenal es irreparable, fue un ejemplo de constancia y profesionalismo, además de generoso.
Don Oscar Genel recién trascendió, pero fue tanto lo hecho que siempre estará con nosotros. Con un sentido respeto y gratitud, a su familia completa le enviamos un fuerte abrazo.
Él se ganó todas estas muestras de cariño y amor de la sociedad bajacaliforniana, va a estar tranquilo donde esté, porque fue un hombre de bien. Un ejemplo a seguir. A sus amigos nunca se les irá, porque como repito, cuando alguien querido y apreciado de adelanta: ellos nunca se van…
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