Por dedicarse el negocio de la droga, Francisco Rafael fue detenido en 1980 en San Diego, California, por tratar de vender cocaína a un agente encubierto de la Agencia Antidrogas de Estados Unidos (DEA, pos sus siglas en inglés); luego de obtener libertad bajo fianza regresó a México para evitar un proceso federal en aquel país.
En diciembre de 1993 fue reaprehendido por la Policía en Tijuana, Baja California; antes esto fue sentenciado a 10 años de prisión en el Penal de Almoloya en el Estado de México, por los delitos de narcotráfico y portación ilegal de armas de fuego.
En la década de los 90, el Cártel de Tijuana controló el flujo de cocaína, marihuana y otros estupefacientes a Estados Unidos, a través de las ciudades de Tijuana y Mexicali, Baja California, en el noroeste de México.
En 2004, a unos días de cumplir su sentencia, comienza un nuevo proceso en su contra con el objetivo de extraditarlo a la Unión Americana para juzgarlo por narcotráfico y asociación delictuosa; ese mismo año se concede la solicitud pero es extraditado hasta septiembre de 2006.
En octubre de 2007, en Estados Unidos, es sentenciado a seis años de prisión luego de declararse culpable.
Para marzo de 2008, por buena conducta, a Arellano Félix se le otorga la libertad y regresa a México.
Con información de Excélsior y ADNPolitico
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