LA MISSION.- Más que un interés legítimo por los residentes, las autoridades municipales de Playas de Rosarito al parecer están más interesadas en el arroyo y la captación del impuesto predial generados por los terrenos de La Misión.
Lo anterior, según el sentir de algunos ciudadanos de la conocida delegación al norte del municipio, que desde hace 18 años ha estado envuelta en la polémica por los límites territoriales entre Playas de Rosarito y Ensenada, que se traducen en un pleito legal por 134 kilómetros cuadrados, conforme a mediciones recientes del Grupo Interdisciplinario (GIT).
Por ejemplo, Óscar Lara Lara, empresario de un conocido mercado en la localidad, recordó que la zona no motivaba interés hasta que comenzaron a cobrar el impuesto referido.
"Antes, cuando no se pagaba predial no tenían interés, pero ahora en el corredor turístico de esta zona es mucho dinero el que se está yendo a Ensenada, y a Rosarito le está interesando”, comentó.
En la localidad se cumple con el impuesto y no hay morosos, prosiguió, además de que puede pagarse en las oficinas delegacionales.
"La verdad no tengo idea (de la recaudación) pero cada lote sería arriba de mil pesos. En un tiempo se decía que era el arroyo lo que dividía, pero después que vieron que se hacían pagos y que vale la pena captarlos. Es una cantidad grande la que entra cada año: se paga zona martítima y los prediales”, remarcó.
A detalle, las zonas más afectadas por el pleito territorial serían Alisitos y Santa Anita, lugares en los que unos residentes realizan pagos en Ensenada y otros en Rosarito, pues no tienen claro el lugar del que dependen.
En el caso de Lara Lara, no le molestaría tener que depender administrativamente de Rosarito.
"Donde quiera que nos dejen no hay problema. Somos de Ensenada, si nos ponen con Rosarito no hay inconveniente. Es lo mismo. Aparte, tenemos muy buena ayuda del municipio de Ensenada”, expresó.
No interesa la gente
Una trabajadora de un comercio comentó de pasada: "Lo que pelean es el agua del arroyo. Ese es el gran problema: no les interesa la gente de Santa Anita, sino el agua del arroyo La Misión”.
Para el ejidatorio Ramón Cardoso Hernández, de 70 años y quien llegó con su familia en 1943 a La Misión, está claro que anteriormente Rosarito era una parte de Tijuana y la delegación no era considerada parte del territorio.
"Mi suegro era de los viejos de aquí y decía que los límites de Tijuana era toda La Campana, un muro, porque (de allá) es la familia de ellos. De ahí era el límite y salía de donde era la florería, donde está el Hotel La Misión, por ahí. Pasaba derecho al Valle de las Palmas, que era el límite que se conocía antes.
"Después Rosarito se hizo municipio y empezaron a pelear aquí por el agua y por la playa, porque es el interés”, recordó.
La parte en conflicto sería la colonia Santa Anita, el río y el cerro pegados a ellos, prosiguió el ejidatario, hasta San José de la Zorra.
"Básicamente porque los valores que están en la playa. Hay un empresario en Rosarito que le interesaba llegar hasta acá porque, según en Ensenada -no sé muy bien las leyes- no se permite hacer edificios muy altos, cerca de la playa, y Rosarito sí lo permite por eso también quiere venir”, señaló sobre el interés de los rosaritenses de extender la zona hotelera.
A pesar del conflicto, a don Ramón le gusta estar en Ensenada: "Nosotros estamos acostumbrados. Todo el tiempo estamos acostumbrados a Ensenada: están nuestros negocios y es más conveniente para nosotros”.
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