Es desgarrador escuchar el sentir de los familiares del niño PAUL OCHOA CALVILLO, cuando se apersonaron en el lugar de donde perdiera la vida el pasado 18 de septiembre, luego de darle cristiana sepultura. La impotencia y el dolor a flor de piel, cuando el abuelito del pequeño mira a su alrededor mientras reflexiona: "¿Dónde están las autoridades?....estamos solos, no tenemos a nadie, solamente los tenemos a ustedes". "También podemos empuñar una arma, pero no quiero armas, quiero ¡JUSTICIA!"
No caben más palabras. Basta escuchar el testimonio de esta familia agraviada, víctima de intereses mezquinos... cuando se conjunta el poder político y el dinero.
No caben más palabras. Basta escuchar el testimonio de esta familia agraviada, víctima de intereses mezquinos... cuando se conjunta el poder político y el dinero.
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