jueves, 20 de junio de 2013

Curso intensivo para un debate político

Por Miguel Rojas Salazar
Un marcado desvío sobre el formato y el rebase al moderador recurrente, para demostrar el mal uso o erróneo concepto de lo que es realmente un debate, transformado a un simple y llano catalogo de chismes, de acusaciones, de pasados obscuros, de memorias sin olvido, de recuerdos exaltados, sello el escenario donde el “guion” para un montaje político  persistió, antes que el evento en su amplio sentido  literal.




Antes que sembrar dimensiones ético-políticas los candidatos a la gubernatura por el Estado de Baja California, demostraron la esterilidad de un debate y su desarrollo sustancial de cara a la sociedad como tampoco se sintió una certeza transformacional políticamente al poner en quiebra sus postulados teóricos sobre opiniones antagónicas.



Antes de la última porfía  los postulados políticos, deben entender que el debate es una técnica interacción comunicativa entre dos partes que tienen posiciones contrarias con respecto a un mismo tema y exponen sus ideas sosteniéndose sobre argumentos sólidos.

Conocer que en el desarrollo del mismo se debe delimitar cierto marco de respeto que las partes deben cumplir, así como también como para encontrar un tema que sea de interés y que esté en el conocimiento de las partes.



Cumplir con los tiempos asignados a cada ronda y cada participante para exponer sus ideas y argumentos en un ambiente sano y respetuoso, sin admitir la presencia de insultos ni faltas de respeto.



Erradicar el léxico vulgar como forma y fondo no como complemento circunstancial de lo coloquial a lo soez trasponiendo la ética y valores educacionales de la línea transpersonal, de acuerdo con esta sentencia, una diferencia perceptible entre la formulación de una pregunta y la exponencial prueba simultanea al argumento, lo que dejaría en la mesa una conquista y no una duda.



El candidato más cercano a la posición teórica del debate, fue Fernando Castro Trenti, pero su tolerancia no tuvo limite y abandono su postura, después Francisco “Kiko” Vega, bajo una postura de inocente, cada debate lo hacen “mártir” lo verbalmente lo hace indestructible y, finalmente Ruanova Zarate, en su afán persecutorio, representando mas a un líder de la Gestapo que a un barrio mínimo de Tijuana, lo hacen perder no solo el equilibrio social, sino el error político y su conocimiento patético.



Ligo una andanada de perjurios, sin argumentos, solo con palabras impactantes hasta equivocarse como el hecho de desvirtuar a la real Academia española refiriendo que la democracia debe conocerse en su sentido etimológico.



Debe recuperar algunas clases de Historia Universal de la prepa mínimamente para reconocer que la etimología estudia el origen de las palabras, craso error al invocar a la democracia desde un estudio etimológico cuando debe ser semánticamente, el origen de la lingüística que estudia el significado de las palabras.



A Ruanova Zarate, en cada acto su parcialidad política lo hace más  insoportable, cada día es más cínico y eso, afecta más que ayudar al candidato del PRI, pues está actuando como Priista siendo de otro partido, creando como mártir a Kiko Vega y victimario a Fernando Castro Trenti, cuando este, no necesita de ese tipo de ayuda de acuerdo a su perfil curricular, su ideario y tesis ideológica.



Felipe Daniel Ruanova, antes despotrico contra Fernando Castro Trenti, coherente contra el panismo sí, pero incongruente con su ideal y frustrado priismo.



Reprobados los tres, ocupan urgentemente un curso intensivo para un debate político.

Si no les alcanza para retroalimentase en el Código de Hammurabi, o el Códice de Ur-Nammu, lean la filosofía griega.



Los antiguos griegos, que gustaban de practicar la filosofía, ante la pregunta: ¿Qué es mejor, el gobierno de los hombres o el de las leyes? Respondían que cuando las leyes son buenas benefician a la comunidad política siempre que los hombres las respeten y las apliquen, pero ante la evidencia de que éstas no se respetaban, la respuesta era contar con hombres buenos, ya que éstos además de actuar correctamente en cada uno de sus actos, respetaban la ley.



Nosotros ya los conocemos, pero por respeto a las nuevas generaciones y camadas por venir, deben redireccionar sus ideas acordes en funcion al contexto y no a su encono emocional personalista.



AL SILENCIO… No se enseña ética para saber qué es  la virtud, sino para ser virtuosos. (Aristóteles)

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