Por Pedro Martínez Serrano
Ayer estuve en la Ciudad de México. Visité amigos que, cercanos, muy cercanos a los centros del poder político y económico, están atentos al desarrollo del proceso electoral que ya se vive en Baja California, en donde los actores principales, son el diputado federal con licencia, Fernando El Diablo Castro Trenti y el ex presidente municipal de Tijuana, Francisco Kiko Vega de Lamadrid.
Precisamente con el arranque oficial de la jornada electoral, que concluye el próximo 7 de julio, se dio paso también a una guerra, tan deshonesta, como atizada y socorrida, en la que lo mismo aprendices que profesionales del ramo, se dedican a hacer encuestas, estudios de opinión que, aunque en contadas ocasiones son confiables, claro que las hay.
Sobre el tema, recuerdo que en 2004, cuando Jorge Hank Rhon recuperó la presidencia municipal de Tijuana, para el Partido Revolucionario Institucional, el día de la elección hubo conferencias y contra conferencias de prensa, para cantar ganador.
El que se exhibió como palero del Partido Acción Nacional, como lo ha sido hace dos décadas, fue Rafael Giménez-Valdez entonces director de la encuestadora Análisis de Resultados de Comunicación y de Opinión Pública (ARCOP), quien dio el triunfo al panista Jorge Ramos Hernández que, un par de horas más tarde, reconocía su derrota, desde la sede panista en Tijuana.
Es precisamente Ramos Hernández, junto con sus padres políticos Jesús González Reyes y Alejandro González Alcocer, ese triunvirato perverso y corrupto, quienes operan las campañas del PAN en Baja California y, en Tijuana en particular.
No bien iniciado el proceso, hicieron circular una irrisoria encuesta, en la que dan como ganador al desprestigiado pelele que llevan como candidato a gobernador, Francisco Vega de Lamadrid; lo mismo hacen decir del taimado, hipócrita y pederasta que va como su candidato a presidente municipal, Alejandro Monraz Sistaita.
La verdad es otra. Cuando empezaron a idear sus mentiras, la verdad ya iba muy lejos y no les favorecía. Su candidato a gobernador, el señor Vega de Lamadrid además de alcohólico empedernido y golpeador de mujeres, está peleado con el talento, la inteligencia no es lo suyo. El lustre que le dan sus bufones, no es más que eso, brillo, lustre que acredita que no todo lo que brilla es oro.
A Vega de Lamadrid le ha costado la quiebra de sus negocios, que convirtió en barril sin fondo, con tal de complacer las constantes exigencias de dinero, de quienes lo hacen creer lo que no es: un hombre carismático y con talento. Los videos que hicieron circular sus propios correligionarios, sobre el debate que sostuvo con Héctor Osuna Jaime, él si talentoso y brillante profesional de la política, exhiben a Kiko Vega como lo que es; un mercachifles y oportunista de la política. Nada más.
Pero volviendo al tema de las encuestas, amigos que radican y trabajan en la Ciudad de México, me deslizaron números fríos, pero certeros, profundamente cercanos a la realidad, en los que el candidato de la alianza Unidos por Baja California, integrada por los Partidos Acción Nacional (PAN), de la Revolución Democrática (PRD), Nueva Alianza (Panal) y Estatal de Baja California (PEBC), Kiko Vega no sale nada bien librado.
Con un levantamiento de mediados de abril, la encuesta coloca al candidato de la coalición Compromiso por Baja California, que forman PRI, PT y PES, Fernando Castro Trenti, casi 9 puntos arriba del disminuido señor Vega.
Por partidos, o por coalición, como dicen los encuestadores, la coalición Compromiso por Baja California, de Fernando Castro Trenti, trae una preferencia de 42.48 puntos, contra 33.73 de la alianza Unidos por Baja California, del Kiko Vega. Y aunque más del 20 por ciento de los encuestados no ha decidido su voto, las tendencias parecen irreversibles.
Debo anotar que quienes me permitieron ver los resultados de la encuesta quincenal que se hace a partir del primero de abril, sobre el proceso en Baja California, me ayudaron a ganar apuestas en Puebla, cuando ganó Rafael Moreno Valle; en Guerrero, Ángel Heladio Aguirre Rivero y; antes, Gabino Cué Monteagudo, en Oaxaca. La más reciente, fue en Morelos, en donde el año anterior, Graco Ramírez Garrido se impuso a dos pésimos, malísimos candidatos del PRI, Amado Orihuela Trejo y Adruián Rivera Pérez, del PAN.
En el cuerpo a cuerpo, es decir, en el voto diferenciado, por el candidato, como anotan los encuestadores, Fernando Castro le lleva casi 6 puntos a Francisco Vega; el primero va con casi 41 puntos, mientras que el segundo, rebasa ligeramente los 33.
Por lo que corresponde a Tijuana, los números anuncian, hasta el momento, un empate técnico, con todo y que el pederasta Alejandro Monraz Sustaita arrancó su campaña meses antes de que Jorge Astiazarán pensara siquiera en la posibilidad de la candidatura. El que puede dar sorpresas nada halagadoras para Astiazarán y pandilla, es Ricardo González Cruz quien, sin hacer mucho ruido, tan pronto dio a conocer su candidatura a la alcaldía, por el Movimiento Ciudadano, generó una creciente ola de apoyos a su proyecto.
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