BOLIVIA.- Las asociaciones de diarios y periodistas, el Gobierno y la oposición de Bolivia expresaron hoy una indignación generalizada por el ataque sufrido por el periodista Fernando Vidal y una operadora de una radio del sur del país que fueron quemados por cuatro agresores cuando el informador conducía un programa.
La Asociación Nacional de la Prensa (ANP), que agrupa a veinte diarios y revistas, condenó el atentado ocurrido ayer en la radio Popular, del pueblo de Yacuiba, fronterizo con Argentina, que dejó a Vidal y su asistente Karen Arce con quemaduras de diverso grado.
La ANP señaló que el ataque viola el ejercicio de la libertad de expresión y expresó su preocupación porque cree que las autoridades no tienen voluntad para aclarar las agresiones contra periodistas.
La institución pidió en un comunicado que la investigación anunciada por el Gobierno concluya "con el enjuiciamiento y la sanción a los responsables" para acabar "con el clima de impunidad".
La agresión se produjo el lunes cuando cuatro agresores con el rostro cubierto ingresaron a la radio, derramaron combustible sobre Vidal y le prendieron fuego, afectando también Arce y los equipos de la emisora.
Vidal, de 78 años y dueño del medio atacado, y Arce fueron trasladados a la ciudad oriental de Santa Cruz para tratarse de sus graves heridas, si bien están fuera de peligro.
El periodista declaró que le amenazaron de muerte días antes del atentado y los agresores entraron haciendo disparos, por lo que cree que su intención era matarlo.
Poco después la Policía detuvo a tres sospechosos que se han negado a declarar pero deben comparecer en las próximas horas ante un juez de Yacuiba, donde hoy unas mil personas se manifestaron para exigir justicia.
El presidente de la Asociación de Periodistas de La Paz, Antonio Vargas, dijo a Efe que el ataque "forma parte de una larga lista de agresiones que han sufrido periodistas en Bolivia" y recordó que en 2008 hubo un atentado con explosivos contra un canal de televisión en Yacuiba sin que hasta ahora se haya hallado a los culpables.
Según Vargas, lo ocurrido con Vidal "es una clara muestra de que se está amedrentando al gremio de la prensa".
La ministra de Comunicación, Amanda Dávila, condenó "el atentado cobarde contra personas que cumplen su trabajo" y ratificó que el Gobierno ha empeñado su palabra para aclarar el caso.
Dávila subrayó que en Bolivia existe libertad de prensa y opinó que la agresión podría tratarse de una venganza de contrabandistas afectados por las denuncias efectuadas por la emisora, según la agencia estatal ABI.
El diputado opositor Roy Moroni lamentó el ataque y opinó que el Gobierno del presidente boliviano, Evo Morales, alienta las agresiones contra los medios de comunicación porque los considera sus principales opositores.
Vidal ha sido crítico con los grupos de poder locales -algunos de los cuales son afines al Gobierno de Morales-, pero también con el narcotráfico y el contrabando, según el periodista Esteban Farfán, de la emisora atacada.
La Sociedad Interamericana de Prensa (SIP) expresó hoy su repudio ante el ataque "de extrema crueldad", mientras que la oficina del Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos dijo que los gobiernos tienen la responsabilidad de respetar el derecho a la libertad de expresión "y proteger a los que ejercen su trabajo".
Según Amnistía Internacional, "este brutal ataque es uno de los peores casos de violencia contra periodistas en Bolivia en los últimos años" y pidió que la investigación sea independiente e imparcial
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