Por Gilberto Lavenant
Aprovechando la crisis financiera que afrontan los cinco ayuntamientos de Baja California, derivada de deudas contraídas para cubrir los “hoyos negros” heredados de pésimas administraciones anteriores, el Gobernador José Guadalupe Osuna Millán, logró, con la intervención de la Secretaría de Hacienda del gobierno federal, un programa de rescate, supuestamente generoso o atractivo, que representa una verdadera trampa.
Cabe observar que esto de las crisis financieras de los gobiernos municipales en el país, es un asunto sumamente serio. Recientemente trascendió que, según un informe de la Secretaría de Hacienda, la suma de la deuda municipal en el país, asciende a 44 mil 859 millones de pesos hasta junio de 2012, de lo cual el 35% lo afrontan diez ayuntamientos. Entre ellos Mexicali y Tijuana.
El Ayuntamiento más endeudado, es el de Guadalajara, Jalisco, con un monto de 2 mil 680 millones de pesos, seguido en segundo lugar por el de Tijuana, con 2 mil 539 millones. De un total de 2 mil 450 municipios, ocupar el segundo lugar, no es algo que pueda ser motivo de orgullo para los tijuanenses. El de Mexicali, “no canta mal las rancheras”, pues su deuda asciende a 797.1 millones de pesos.
También cabe observar que los gobiernos estatales no se quedan atrás en materia de deudas. Al primer semestre del 2011, sus deudas ascendían a 278 nil 521 millones de pesos, contra 38 mil 183 millones de los gobiernos municipales, sumando un total de 316 mil 704 millones de pesos.
Pero, volviendo al tema de las crisis de los ayuntamientos bajacalifornianos, resulta que es tan crítica la condición financiera que afrontan, que al cierre de cada año tienen que buscar el apoyo del gobierno estatal para cubrir la nómina y pagar aguinaldos. En esta ocasión, no ha sido la excepción.
Es entonces que surge la estrategia. Osuna Millán dice que gestionó ante la Secretaria de Hacienda, la implementación de un programa de rescate financiero de los ayuntamientos, supuestamente benéfico, pues les proporcionará recursos, a pagar a 20 años y sin interés. Le llaman “Cupón Cero”.
Sin embargo, la ”ayuda especial”, se les condiciona a que disminuyan sus nóminas, número de plazas y gasto corriente. Lo más importante es lo relativo a los empleados, pues se les exige que reduzcan su nómina en un 55%. Y aquí está el meollo de este asunto.
El único que no aceptó la “oferta”, fue el controversial y polémico alcalde ensenadense, Enrique Pelayo Torres, explicando que es imposible reducir su nómina, pues el 50% son trabajadores sindicalizados, 30% elementos policiacos y sólo un 20% personal de confianza.
El resto de los alcaldes, parece ser que no lo pensaron dos veces y cayeron en el garlito. De inmediato instruyeron a sus Oficiales Mayores para que recopilaran las renuncias de todo el personal de confianza. Curiosa o irónicamente, aquellos que fueron integrados por los propios Alcaldes y que colaboraron en sus campañas políticas. Ahora, los van a correr, para acceder a los créditos ofrecidos.
Cuando a esos empleados, que “sudaron la camiseta” en las campañas, se les dió a conocer la exigencia de presentar sus respectivas renuncias, las caras de decepción y frustración, se reflejaron de inmediato. Muchos de ellos consideraban que luego de tres años de labores, podrían aspirar a que, en reconocimiento a sus esfuerzos, se les otorgaran las plazas correspondientes.
El ensenadense Pelayo Torres, hizo una advertencia que muchos, aparentemente, ignoraron : “En realidad lo que pretenden es tronar a los ayuntamientos”.
Esta “trampa financiera”, resulta estratégicamente planeada, ante la proximidad del inicio del proceso electoral del 2013, en el que estará en pugna la gubernatura, las cinco alcaldías y las diputaciones locales. Los alcaldes que reajusten a su personal, sufrirán un enorme desgaste político y por lo tanto disminuidos para sus aspiraciones políticas.
En el caso del Ayuntamiento de Mexicali, el Alcalde Francisco Pérez Tejada tendría que recortar hasta 900 plazas y requeriría unos 500 millones de pesos para aliviar su economía. Se dice que es uno de los más fuertes aspirantes priístas a la gubernatura estatal.
En el Ayuntamiento de Tijuana, el Alcalde Carlos Bustamante Anchondo también ha sido mencionado como otro de los fuertes aspirantes a la gubernatura. No se ha revelado el número de empleados que se pretende despedir, pero se sabe que ya recopiló las “renuncias voluntarias” de todo el personal de confianza.
En el Ayuntamiento de Playas de Rosarito, guardadas las proporciones, las cosas son menos graves, pues estiman que solamente tendrán que despedir a unos 30 empleados de confianza. El de Tecate, también sufre apuros económicos, pero no ha trascendido el número de posibles reajustados.
No se sabe si los alcaldes serán capaces de incluir en los reajustes, a sus cercanos colaboradores, generalmente mejores pagados, o solamente a los que ocupan cargos menores, pero que también hicieron méritos en campaña y que ahora se sumarán a la fila de los desempleados. Seguramente en espera de que los vuelvan a llamar a colaborar en la siguiente contienda política. Sí, como no.
Esta “trampa financiera”, servirá también para tratar de doblegar al sindicato de burócratas, que, en su reclamo de incremento salarial, tuvo la osadía de retar y exhibir públicamente al Gobernador Osuna Millán. Definitivamente, tras el supuesto rescate financiero de los ayuntamientos, hay propósitos políticos y afanes revanchistas. Son evidentes. Los únicos que no lo advierten, son los Alcaldes. Bien dicen que no hay peor ciego que el que no quiere ver.
gil_lavenants@hotmail.com
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