lunes, 24 de septiembre de 2012

Palco de Prensa: El sospechoso

Por Gilberto Lavenant
Cuando se conoce o denuncia un hecho presuntamente delictivo, las autoridades investigadoras elaboran hipótesis diversas, en base a las cuales establecen posibles móviles o causas, conforme a rasgos o condiciones. Les llaman líneas de investigación y se presume que las mismas pueden señalar al posible o posibles sospechosos o autores.


En el caso de la lamentable desaparición de Alpeh Jiménez Domínguez, de 32 años de edad, dirigente del Grupo #YoSoy132 en el Puerto de Ensenada, aparece como principal sospechoso, el controvertido y polémico alcalde ensenadense, Enrique Pelayo Torres.

Aleph, fue uno de los 20 detenidos el pasado sábado 15 de septiembre, cuando junto con otros integrantes del llamado #YoSoy132, interfirieron en la ceremonia del Grito de Independencia, realizada en la explanada del Centro de Gobierno de Ensenada, y que encabezaba el Alcalde priísta. A cada grito de los tradicionales “vivas”, los protestantes “hacían segunda”, gritando : “Viva, pero sin el PRI”, o algo así.

La interferencia fue parte del programa antipeñista desarrollado por los grupos #YoSoy132 en diversas partes del país, donde se realizaba este tipo de eventos.

En el caso de Ensenada, la protesta generó acciones arbitrarias, ejecutadas materialmente por policías municipales, cuyo jefe máximo lo es precisamente el Alcalde Pelayo Torres. En la brutal embestida, resultaron agredidos no solamente los integrantes del #YoSoy132, sino incluso los periodistas que cubrían tan lamentables hechos.

Las “aclaraciones” del propio Pelayo Torres, generaron mayores reclamos, pues adoptó postura de ignorante e ingenuo. Con simples disculpas pretendió que se borrara la mala impresión, el dolor y huellas de los golpes, las humillaciones, las vejaciones. Por cuanto a los presuntos responsables, simplemente dijo que los policías actuaron por sí solos. Hasta ahora, no se ha dado a conocer ningún cese. Es más, ni siquiera alguna amonestación, en contra de los dizque guardianes del orden y la seguridad pública del puerto.

Obviamente hubo denuncias por el abuso de autoridad, tanto por parte de los integrantes del #YoSoy132, como por los periodistas ofendidos. Ni la Sindicatura del Ayuntamiento, ni la Procuraduría de Justicia, han dado muestras de que hayan hecho algo para dar con los responsables o autores, tanto materiales como intelectuales, no obstante que todas las líneas de investigación señalan a la administración municipal de Pelayo Torres.

Respecto a tales hechos, condenables desde cualesquier punto de vista, el columnista señalaba que, sin duda alguna fue reprochable la actuación de los policías, que legalmente su función es salvaguardar el orden y la seguridad pública. Que tales arbitrariedades, ameritan el cese de más de uno de los colaboradores de Pelayo e incluso un serio extrañamiento.

A la vez observaba que no obstante, bastante culpa tienen los propios agredidos, al hacer acto de presencia en este tipo de eventos, con el ánimo de fastidiar y a la vez con la intención de proyectarse como luchadores sociales, como opositores al priísmo.

Que también ellos, los agredidos, merecen ser fustigados, porque no pueden escudarse en el supuesto ejercicio de sus libertades de manifestación y expresión, interfiriendo o interrumpiendo actos oficiales. Exponiéndose precisamente a la represión, a la agresión, aunque tales reacciones no tengan justificación.

El columnista apuntaba que es una lástima, en el caso de los que dicen ser universitarios, que su inteligencia y preparación, la canalicen para desarrollar este tipo de exhibiciones. Que si realmente les preocupan las condiciones socioeconómicas y políticas que padecen los mexicanos, entonces deben continuar su preparación, para que luego canalicen sus esfuerzos y conocimientos, para auxiliar a las clases desprotegidas. Que serían más útiles que lo que pudiesen ser, lanzando pullas o reclamos airados.

Concluía diciendo que los integrantes del #YoSoy132, que no todos son jóvenes, ni tampoco universitarios, parecen copia al carbón de Andrés Manuel López Obrador : necios, soberbios, polémicos, controvertidos. Que son la herencia que dejó el creador de Morena a los mexicanos. Que no es una exageración, decir que “los pejitos”, son engendros sociales del lopezobradorismo.    

A tales hechos, se agrega otro también sumamente lamentable. El pasado jueves, 20 de septiembre, Alpeh Jiménez Domínguez, de 32 años de edad, dirigente del Grupo #YoSoy132 en Ensenada,  desapareció, sin que hasta la fecha se conozca su paradero. Dicen que la última vez que lo vieron, fue a las 4 de la tarde de ese día, en una sucursal bancaria.

Resulta obvio que su desaparición, sea estrechamente ligada con lo acontecido el 15 de septiembre. Sobre todo, que aparezcan en escena, como principales sospechosos, los autores materiales e intelectuales de las arbitrariedades de entonces. A la cabeza de ellos el propio Alcalde Pelayo Torres.

Las sospechas crecen, cuando 4 días después, aparece sin vida el consuegro de Pelayo y luego al iniciar las indagatorias, se descubre que tenía  plantas de mariguana, sembradas en el patio posterior de su vivienda. Al día siguiente del homicidio, desaparece el dirigente del #YoSoy132. Cualquiera puede decir que todos esos hechos, están estrechamente relacionados. En especial, que alguien le pudo haber hecho el “favor” y desaparecer a Aleph, con cuyas manifestaciones le estaba generando hartas incomodidades. Por ello, las sospechas.

También lamentable la desaparición de Aleph, pues es un individuo preparado profesionalmente, independientemente de que socialmente sea un individuo valioso y en especial estimado por sus amistades y familiares. Pero lo más lamentable, es que la opacidad e incapacidad oficial, en torno a hechos como estos, ha dado lugar a que la impunidad se convierta en una institución.
                                                                                                                                gil_lavenants@hotmail.com


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