Herrera y Enriquez en lo más alto del Olimpo

LONDRES.- El triunfo de México en el futbol olímpico constituyó no sólo un hecho sin precedentes para el deporte nacional. También, la lista de medallistas y de jugadores que tienen ya un lugar en la historia de la máxima justa del orbe, sientan un precedente para atletas originarios de diversas regiones del país.

En este histórico triunfo ante Brasil, Héctor Herrera, de Rosarito, Baja California, y Jorge Enriquez, criado en Xalisco, Nayarit, pero oriundo de Mexicali, le dieron una conexión especial al balompié y a la comunidad deportiva de esta frontera.

Por primera vez en en tres décadas, un cachanilla sube al podio, aunque ahora ganando la medalla de oro. En 1980, Carlos Giron, nacido en Mexicali, pero formado como deportista y clavadista en la Ciudad de México se colgó el bronce en los clavados, luego de una gran participación en los Juegos de Moscú.

32 años después, la gloria se repite para alguien con raíces en la llamada "ciudad que capturó al sol", y que debutó con los Cañeros en la región Cora, donde comparte su arraigo para beneplácito de Baja California, de Nayarit y para el Club Deportivo Guadalajara, que lo ha elevado como uno de los mejores jugadores del momento.

Para Enríquez el ciclo actual no podría ser mejor y es que su cadena de logros tiene eslabones memorables: Tercer lugar con la selección Sub 20 en el Mundial de Colombia, Balón de Bronce en ese mismo certamen, Oro en los Juegos Panamericanos de Guadalajara 2011 y ahora el hecho de ser Campeón Olímpico precisamente en la tierra donde nació el fútbol.

Por su parte, a sus 22 años, Héctor Herrera es ya otra de las joyas del balompié olímpico, capturando la atención de scouts de diferentes equipos del viejo continente. Desde semanas atrás se rumora interés de cuadros como el Liverpool -en la Premier League- hacia su persona, aunque nada se ha definido.

No obstante, el torneo olímpico ha sido sin duda un gran escaparate para el rosaritense y varios de sus colegas.

Este logro en términos generales para el fútbol mexicano se suma al del Campeonato Sub 17 celebrado en 2005 en Perú, el Campeonato Mundial de esta misma categoría efectuado en México en 2011, el oro en los Juegos Panamericanos de Guadalajara, el Tercer Lugar en el Sub 20 de Colombia, y el Festival de la Esperanza en Toulón, Francia, que pese a su dimensión es de los de mayor prestigio reuniendo a los mejores prospectos de Europa.