Por Gilberto LavenantEn Baja California, los hombres de las izquierdas, están sumamente molestos. No es para menos. Durante años han buscado triunfos electorales, sin lograrlos.
Las pugnas internas les han llevado de fracaso en fracaso. Es más, nadie puede presumir de ser el dirigente de las izquierdas. Más tardan en elegirlos, que en desconocerlos.
Si acaso ostentan alguna posición de elección popular, sea en la legislatura, o en los ayuntamientos, es porque la legislación electoral se los permite.
La molestia actual es porque ahora que su candidato presidencial les llevó a situaciones envidiables, resulta que las posiciones ganadas, una representación de mayoría relativa en el Senado y otra de lista en la Cámara de Diputados, no las consideran propias, sino ajenas, pues las ostentarán individuos que no son militantes de ninguno de sus partidos. Les llaman arribistas.
Bueno, eso de que “las ostentarán”, aún está por verse, pues Marco Antonio Blásquez Salinas y Jaime Bonilla, los virtuales Senador y Diputado Federal, por el llamado Movimiento Progresista, empresarios de medios de comunicación, tienen un problema : ambos tienen doble nacionalidad y por lo tanto están impedidos para ocupar cargos públicos en México.
Los dirigentes priístas lo advirtieron antes de los comicios, que habrían de impugnar las candidaturas de Blásquez y Bonilla, precisamente por su doble nacionalidad. Ambos son mexicanos, si es cierto, pero de rodillas juraron “amor eterno” al Tío Sam, para que los dejara trabajar libremente en territorio estadounidense.
En principio, lo de la doble nacionalidad no es precisamente el problema, sino la deslealtad política. Los allegados a Andrés Manuel los identifican como priístas. Ellos simplemente presumen ser candidatos ciudadanos. Usaron el capital político de “el peje” y ahora “niegan la cruz de su parroquia”.
Esto, no lo dicen los rivales políticos. Así podría suponerse. Lo dice nada más y nada menos que Juan Javier Macklis Mercado, subdelegado de la Campaña Presidencial de la Coalición Movimiento Progresista 2012 en Baja California, precisamente de la que se “colgaron” Blásquez y Bonilla, para hacer una meteórica carrera política.
Así lo señala en una “Carta abierta”, dirigida a la opinión pública, al propio Andrés Manuel López Obrador y a Ricardo Monreal Avila, coordinador nacional de la campaña pejista, publicada en la Página 3A de la edición del Semanario Zeta, correspondiente a la semana del 20 al 26 de julio del año en curso. Macklis suscribe su “misiva” con la siguiente leyenda : “Yo digo lo que otros callan. Los bajacalifornianos fieles a sus causas tienen la última palabra”.
Lo primero que dice es que “…La rerciente elección presidencial será recordada por el pueblo de Baja California, por la alianza Progresista y por su candidato a la Presidencia de la República, Andrés Manuel López Obrador, por el apoyo de cerca de 400 mil ciudadanos que emitieron su voto a favor de un cambio verdadero. Votos que resultaron insuficientes por tener a reconocidos priístas infiltrados en el movimiento de Andrés Manuel López Obrador”.
“…Desafortunadamente –dice- no se logró el éxito electoral de los candidatos a las Diputaciones Federales por los partidos PRD, PT, MC, por el engaño y traición de algunos priístas infiltrados que actuaron de una manera perversa tal es el caso de personajes como Jaime Bonilla y Marco Antonio Blázquez, cuyo único interés fue ser candidatos a Diputado Plurinominal por el P.T. el primero y Senador por el Movimiento Ciudadano el segundo”.
Luego refiere que en el diario La Jornada, en la edición del domingo 15 de julio del 2012, en la página 6, se indica que Marco Antonio Blásquez, es el primer Senador de izquierda, electo en el norte del país y así mismo que lo impugna el PRI.
Lo que parece haber molestado a Macklis, es que en dicha nota, el propio Blásquez presume que no milita en ningún partido de izquierda, que contendió porque fue invitado directamente por López Obrador, pero supuestamente engañándolo, al no decirle que tenía doble nacionalidad.
Señala que Blásquez nunca cumplió con lo que marca la ley de doble nacionalidad –o sea renunciar oportunamente a la nacionalidad extranjera- y afirma que ahora su partido el PRI -el de Blásquez, según Macklis- “intentará demostrar que está imposibilitado de ocupar el cargo para el cual resultó electo con una diferencia de 180 votos por ser ciudadano de Estados Unidos”. Esto es tanto como aseverar que jugó el papel de “caballo de troya”, en esta contienda.
Lo más grave de todo, es que Macklis acusa a Bonilla y Blásquez, de estar maniobrando para el 2013, apoderarse no solamente de Morena, sino de los partidos de izquierda, PRD, PT y MC. Dice que engañaron a Andrés Manuel y que no cumplieron con los compromisos asumidos, como lo era vigilar al 100 por ciento las casillas electorales.
Aunque es evidente que el grito de alerta, está fuera de tiempo, tal parece que lo que preocupa a Macklis y seguidores de “El peje”, es que Bonilla y Blásquez pretendan negociar con el capital político de las izquierdas, durante la sucesión de la gubernatura de Baja California en el 2013.
Lo absurdo es lo de que ambos engañaron a Andrés Manuel, que supuestamente “es una chucha cuerera” en cuestiones de política. Esto es tan solo una muestra de que en el 2013 los hombres de las izquierdas de la entidad, seguirán sus pugnas internas.
Para evitar sorpresas, en las futuras postulaciones se exigirá a los aspirantes a puestos de elección popular, sobre todo a los arribistas, que acrediten no tener doble nacionalidad. Es una ironía, nunca ganan y cuando ganan pierden por ser extranjeros.
gil_lavenants@hotmail.com
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