Por Gilberto Lavenant
La educación en México, es un problema dramático, independientemente de las cuestiones de calidad, por la falta de espacios en los planteles de los diversos niveles educativos. Es una desgracia, para cada padre de familia que no logra cupo para su hijo, en jardín de niños, en educación primaria, en secundaria, en media superior.
En el nivel superior, el drama no es menos peor. Se sufre para lograr ingresar a una escuela universitaria pública, y se vuelve a sufrir, cuando al egresar, no encuentran empleo.
Una enorme cantidad de jóvenes mexicanos, ven rotos sus sueños de superación, a temprana edad, cuando no encuentran espacio para ellos en una escuela pública. El destino de ellos es refugiarse en modestos empleos o caer en las garras de la delincuencia, en busca de lograr ingresos económicos que nunca les será posible desempeñando labores lícitas.
El drama educativo se presenta en toda su extensión, en el período de inscripción a todos los niveles, y de manera especial en las universidades. Es una lástima que aquellos jóvenes que lograron recorrer con éxito los diversos niveles educativos, frustran sus sueños cuando no logran ingresar a escuelas de nivel superior.
Si llegaron ahí, fue porque tuvieron capacidades, cualidades y voluntad para el estudio. Merecen la oportunidad de recorrer el último tramo. Empero, su desgracia, básicamente lo es la falta de espacios.
En días pasados se dió a conocer que de 62 mil 682 jóvenes que presentaron exámenes de admisión para ingresar a alguna de las 99 licenciaturas de la UNAM, sólo lograron ingresar 6 mil 500, o sea el 10.32%.
De esos 56 mil 182 jóvenes que no lograron su ingreso a la UNAM, muchos han hecho el intento una y otra vez. Y una y otra vez, quedaron fuera. El número de estos jóvenes frustrados, se incrementa cada año. Cada uno de ellos vive su propia tragedia.
México está lleno de frustrados aspirantes a abogados, arquitectos, médicos, ingenieros y a tantas profesiones. Ven con coraje cómo algunos de sus amigos o conocidos sí logran la oportunidad de ingresar a una escuela de educación superior.
La problemática educativa vivida en la UNAM, la institución emblemática de la educación superior en México, se vive también en todas y cada una de las escuelas públicas de las diversas entidades federativas.
En la Universidad Autónoma de Baja California, en éste período, aproximádamente 10 mil jóvenes quedaron fuera. Se estima que esta cifra es superior al 5 % de la registrada en el 2011.
El Rector de la UABC, Felipe Cuamea, manifestó recientemente que la demanda de espacios para estudiar en esta institución pública, aumenta cada día y lamentó que los espacios educativos no pueden aumentar en la misma proporción que las solicitudes de ingreso.
Un informe de la Máxima Casa de Estudios de esta entidad, señala que del 2007 al 2010, la oferta de atención a aspirantes a ingresar a licenciaturas aumentó un 42%. Actualmente se atiende el 63%, en tanto que universidades públicas de otras entidades, atienden apenas el 50%.
De un total de 14 mil aspirantes a ingresar en las diferentes carreras que ofrece la UABC, sólo lograron ingresar unos 7mil, de los cuales el 60% ingresará en agosto y el resto lo hará en febrero del 2013.
En el campus de Valle de las Palmas, estarán recibiendo unos mil 100 alumnos de nuevo ingreso, de los cuales serán 600 de ingeniería y tecnología y 500 en ciencias de la salud. Actualmente hay 3,400 alumnos en dicha Unidad, cuya población se incrementará a 4,600 y en breve, para atender la demanda, habría turnos intermedios.
El drama de los rechazados, ocurre tanto en Baja California como en el resto del país. El año pasado, ante esta situación, el Rector de la UABC, Felipe Cuamea, señaló que es una tragedia el que no se dé a los jóvenes una expectativa de educación, ni de trabajo. Incluso ofreció una disculpa a las familias de esos jóvenes que no tuvieron un espacio y les pidió analizar lo que está ocurriendo, pues dijo que la institución hace un esfuerzo por crecer, mientras el gobierno federal y el Congreso de la Unión hacen constantes recortes presupuestales.
Lo lamentable de todo esto, es que los jóvenes salen a las calles a protestar por cuestiones político electorales y no por la falta de oportunidades educativas o de empleo, lo que sería propio o idóneo de los jóvenes mexicanos.
Es difícil creer en la honestidad o sinceridad de los jóvenes que salen a las calles portando pancartas y gritando consignas en contra de actores políticos y olvidan hacer reclamos en torno a la problemática de la educación.
La idoneidad, es la adecuación que existe entre las características de una persona o cosa y la función, la actividad o el trabajo que debe desempeñar. Rayando en lo absurdo, podría decirse que no es idóneo tratar de jugar tenis con un violín, ni tampoco querer jugar al futbol con una bola de beisbol.
Esto no implica que los jóvenes no tengan derecho a interesarse o involucrarse en temas políticos o electorales, pero lo idóneo de ellos lo es la problemática educativa o laboral. Es evidente que andan extraviados o simplemente obedecen a consignas o manipulación.
gil_lavenants@hotmail.com
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