viernes, 8 de junio de 2012

Palco de Prensa: “Pajaros” en el alámbre

Por Gilberto Lavenant
El escándalo político de la semana, al menos en Baja California, fue la revelación de labores de espionaje telefónico, en las que aparentemente se revela que el dirigente estatal de la CNOP, Enrique Acosta Fregoso, hace uso de tráficos de influencias, supuestamente apoyado por el Senador Fernando Castro Trenti, para sus “negocios profesionales”.
El miércoles, fue la “comidilla del día”. La versión circuló más “por debajo del agua”, que oficial o formalmente. En el portal del periódico capitalino Reforma, y en otros medios periodísticos, se difundió un fragmento de una conversación telefónica, supuestamente entre el dirigente estatal cenopista, Acosta Fregoso y el diputado local priísta, Eli Topete. Reforma refiere el tema como “El PRI y el negocio de los carros chuecos”. Supuestamente Acosta Fregoso dialoga con Topete, para comentarle sus gestiones en la capital del país. Llama la atención, que el líder estatal cenopista lamenta que “el Senador”, a quien muchos identifican como al priísta Castro Trenti, no lo acompañó en una entrevista con Ministro de la Suprema Corte, no obstante que “es de nuestro negocio”. No se ha precisado si en ese “negocio” están involucrados los tres personajes, o solamente los interlocutores. También llama la atención el que la plática entre Acosta Fregoso y Topete, se basa en el uso de palabras comúnes entre jovenzuelos como cabrón, güey, órale, pendejo, pinchis, chingados. Y luego le reclaman a los jóvenes por la forma impropia como se expresan. Evidentemente se trata de la intervención ilegal de una llamada telefónica y además, también evidentemente, que el aparato intervenido lo fue el del legislador local, Eli Topete Robles, ubicado en el edificio del Poder Legislativo. El del cenopista, seguramente se ubica en su casa o en su despacho profesional, por lo que colocar algún dispositivo ahí, resulta difícil, aunque no imposible. Como siempre pasa en estos casos, lo importante no fue por el contenido de la conversación telefónica, sino la ilicitud de la grabación. Desde inicio de labores de la actual legislatura estatal, los priístas, que llegaban para ser mayoría en el Congreso Estatal, hicieron circular la recomendación, entre ellos, que tuvieran mucha precaución en sus conversaciones al interior de las instalaciones del poder legislativo, sobre todo en el uso del sistema telefónico, pues había “pájaros en el alámbre”. Esta semana comprobaron sus sospechas. Esto fue algo así como “la gota que derramó el vaso”, en las tensas relaciones entre los legisladores priístas y el Gobernador José Guadalupe Osuna Millán. Los priístas de inmediato voltearon hacia el edificio del Poder Ejecutivo Estatal y reclamaron que dejen de espiarlos. Los propios involucrados en este diálogo telefónico, dieron la cara a los periodistas para tratar de diluir gravedad al contenido de la grabación y también para lanzar acusaciones en contra de Osuna Millán. En particular acusan al encargado del área de Comunicación Social del gobierno estatal, como el responsable de distribuir la grabación obtenida ilegalmente y amenazaron con presentar denuncia formal ante la PGR. Esto del espionaje telefónico en México, no es nuevo, ni tampoco fue algo exclusivo del llamado “viejo PRI”, como suelen argumentar algunos. Los panistas, en el gobierno, aprendieron de inmediato a utilizar estos “métodos científicos”, para conocer las actividades de sus rivales políticos. Recientemente la “candidata diferente”, en un diálogo con uno de sus colaboradores, fue grabada advirtiendo que seguramente estaba siendo espiada por el responsable de la seguridad nacional, Genaro García Luna y la vocera presidencial, Alejandra Soto, a la que Josefina refirió despectivamente como “la pinche Sota”. Después habrían de tratar de responsabilizar de dichas labores de espionaje a los priístas. Los tiempos de campaña electoral, eran propicios para hacer ese tipo de acusaciones. Aún cuando la intervención de llamadas telefónicas, está prohibida en México, éste tipo de espionaje es común. Uno de los casos más sonados fue aquel en el que resultó involucrado el exsenador y entonces presidente de Cofetel, Héctor Osuna Jaime, en la que el titular de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes, Luis Téllez, comentaba a una mujer que el exPresidente Carlos Salinas de Gortari se había quedado con una parte de la cuenta secreta del ejecutivo federal. Esto llevó a la entonces Subsecretaria, Purificación Carpinteyro, así como al propio Osuna Jaime, a enfrentar denuncias penales por labores de espionaje y revelación de secretos. Asunto este que incluso ha frenado al exalcalde tijuanense en sus aspiraciones por la gubernatura de Baja California. Siendo evidente que el espionaje telefónico al interior del poder legislativo estatal, está operado desde el ejecutivo estatal, y dadas las acusaciones y reclamos originadas por la intervención y difusión del diólogo telefónico entre los priístas Acosta Fregoso y Elí Topete, las relaciones entre los representantes de ambos poderes se encuentran en el punto más álgido. Y lamentablemente a unos días de los comicios electorales. En 1972 el mundo conoció de un escándalo político, por la intervención ilegal de llamadas telefónicas, que llevó a renunciar al entonces presidente de Estados Unidos Richard Nixon. El asunto se conoció como “Watergate”. Los republicanos allanaron la sede del Comité Nacional del Partido Demócrata. El sistema político estadounidense se cimbró seriamente. Los mexicanos aprendieron rápido la lección. Prueba de ello son los múltiples casos de espionaje telefónico que han sido puestos al descubierto. Y aunque aquí, supuestamente, han sido denunciados e investigados, ningún político de renombre ha sido encarcelado. Ni mucho menos ha renunciado algún Presidente de la República. En eso sí no ha habido diferencias entre los políticos de los diversos partidos. Todos conjugan perfectamente el verbo “tapar”. Yo te tapo, tú me tapas, nosotros nos tapamos. Por las dudas, mucho cuidado con las llamadas telefónicas. Hay “pajaros en el alámbre”. gil_lavenants@hotmail.com

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