Por Gilberto Lavenant
Como caballos en la línea de arranque, están “comiendo ansias” los aspirantes a la gubernatura de Baja California, cuyas elecciones serán en el 2013, pero cuyas candidaturas empezarán a definirse a fines del 2012. La suerte de cada quien, dependerá de los comicios presidenciales del 1 de julio.
Tanto para panistas, como para priístas. Falta muy poco.
Aunque, cuando les preguntan, todos coinciden en señalar que primero es el 2012 y luego el 2013, la verdad es que nadie “se ha dormido en sus laureles”. Todos, están preparando sus respectivas estrategias para lanzarse por el cargo principal de la entidad, que es la gubernatura.
Desde 1989, cuando el panista Ernesto Ruffo llega a la gubernatura y se convierte en el primer panista en ser Gobernador de una entidad en la República Mexicana, los priístas han sufrido decepción, tras decepción, al grado de que Baja California es considerado como un bastión panista.
Las esperanzas priístas renacieron cuando en el 2010 lograron las cinco alcaldías de la entidad y la mayoría en el Congreso del Estado. A partir de entonces los priístas se “crecieron” y empezaron a ver cercana la posibilidad de retornar al poder en la entidad.
El destino de los panistas, en particular, dependerá del resultado de los comicios del 1 de julio. Saben que el panorama no pinta nada bien para ellos, huele a derrota, pero aún así están a la expectativa. Saben que en política, todo puede suceder. Hasta la imposible.
Los dos escenarios que se plantean, para los panistas en Baja California, varían, según gane o pierda la candidata “diferente” Josefina Vázquez Mota. Si gana, dos son los aspirantes con mayores posibilidades de lograr la postulación “azul”. El rosaritense Oscar Arce Paniagua y el mexicalense Oscar Vega Marin. El primero, Presidente de la Cámara de Diputados, y el segundo, Secretario Técnico del Sistema Nacional de Seguridad Pública.
Definitivamente, la “revelación política” panista lo es Arce Paniagua, pues de ser un modesto político, allá en el poblado de Playas de Rosarito, en donde supuestamente podría aspirar a la Alcaldía de ese municipio, ostenta una de las posiciones más privilegiadas. Desde ahí, Rosarito se le hace pequeño y hoy está dispuesto a rifársela para contender por la gubernatura. Si gana Josefina, Arce Paniagua tendría asegurada la candidatura panista, pues ha sido cercano colaborador de Vázquez Mota.
Sin embargo, quien le “hace sombra”, es nada menos qe el exSecretario de Educación Pública, Oscar Vega Marín. Se manejó en política con un bajo perfil, hasta que el extinto Francisco Blake Mora se lo llevó a la Secretaría de Gobernación. Hoy aparece a la cabeza del proyecto que encabezara “el hermano Blake” y se presume cuenta con el aval del aún Presidente de la República, Felipe Calderón.
Podría darse el caso de que don Felipe lo destape antes de abandonar la residencia presidencial de Los Pinos. En el caso de los priístas, Luis Echeverría Alvarez anticipó el destape del exSecretario de la Defensa Nacional, Hermenegildo Cuenca Díaz, lo que generó una rebelión en Baja California. Afortunadamente para muchos, el entonces candidato echeverrista falleció en plena campaña electoral y entonces José López Portillo pudo favorecer a su amigo Roberto de la Madrid.
Sin embargo, si doña Josefina pierde los comicios del 1 de julio, Arce Paniagua y Vega Marín, sólo tendrán cierta ventaja sobre muchos otros aspirantes panistas a la gubernatura, en la medida en que del 2 de julio al último día de la gestión calderonista, logren fortalecer sus respectivos equipos y hacer los “amarres” correspondientes.
Sin embargo, todos quedarán “sueltos”, pues no habrá freno alguno desde la Presidencia de la República, y por lo tanto sometimiento, ni posible imposición. El que tenga más saliva, tragará más pinole. Todo dependerá de las negociaciones que logren establecer al interior del partido, tanto a nivel nacional, como estatal.
Ante tales perspectivas, les anima la secuela de triunfos electorales en Baja California. Ya ni siquiera le hacen la lucha para fortalecer la campaña de su candidata, que ha quedado rezagada, en un tercer lugar. Simplemente están aprovechando las posiciones que ostentan en estos momentos y los recursos disponibles. Cada uno está armando su equipo y permanecen en la entidad cuanto tiempo les es posible. Pretextos para viajar desde el Distrito Federal hasta esta entidad, les sobran.
Pero cabe observar que no son los únicos aspirantes. Se anotan cuando menos otros tres, que sienten tener enormes posibilidades de lograr la postulación panista a la gubernatura estatal. Héctor Osuna Jaime, Francisco Vega de la Madrid y Jorge Ramos Hernández.
La suerte de todos dependerá no solo de los resultados de los comicios del 1 de julio próximo, sino también de las condiciones en que deje al panismo local el aún Gobernador José Guadalupe Osuna Millán, cuyo final parece que será desastrozo.
Como jefe político, y como máxima autoridad en la entidad, Osuna Millán cargará a cuestas la responsabilidad de la posible derrota panista en Baja California y por lo tanto la pérdida de la condición de bastión blanquiazul.
No solamente ha cometido errores en la función pública, sino también ha incurrido en serios errores políticos. En el 2010 impuso a casi todos los candidatos, generando la derrota más estrepitosa que hayan sufrido luego de 1989.
Lo más delicado, para los panistas, es que si pierden la gubernatura ante los priístas, en el 2013, podría desatarse en su contra una severa persecución, mucho mas seria que la realizada por Ernesto Ruffo Appel en contra de muchos priístas, apenas llegó a la gubernatura. Sobre advertencia, no hay engaño.
gil_lavenants@hotmail.com
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