Por Gilberto Lavenant
El jueves 10 de mayo, bajo el título de “La justicia demorada”, comentaba aquí, en Palco de Prensa, el caso insólito del Juez Primero de lo Civil de Tijuana, Lic. Carlos Cruz Rojas, suspendido por el Tribunal Superior de Justicia del Estado, debido a que incurrió en una grave conducta : se le acumularon aproximádamente 300 sentencias definitivas y 47 sentencias interlocutorias, sin dictar, todas fuera del término.
El columnista decía entonces que cuando se habla de administración de justicia, siempre sale a relucir el precepto de que debe ser pronta e imparcial, establecido en la propia Constitución General de la República, en el Artículo 17. Pero observaba que también surge la sentencia que advierte que justicia demorada, no es justicia, sino injusticia.
Señalaba que este caso resultaba absurdo, pero cierto. Comentaba que, dada la enorme cantidad de sentencias sin dictar, que probablemente el juzgador se encerraba en su privado a dormir o a “chatear” en la computadora. Que no se explica o no se encuentra justificación a tal demora. Que simple y sencillamente no hay justificación alguna.
Señalaba entonces que la omisión en el dictado de sentencia definitvas, respecto a 300 juicios concluídos, no ocurrió en un par de meses de “labores” del juzgador. Que tales incumplimientos se acumularon y detectaron desde el 16 de julio del 2010, en que se le efectuó la primera de cuatro revisiones, hasta el 17 de enero del 2012.
Observaba que esto dió lugar a que se le iniciara un procedimiento administrativo, a fin de fincarle responsabilidades, y el 27 de abril del año en curso, conforme a acuerdo del Pleno del Consejo de la Judicatura del Estado, se procedió a suspenderlo en su carácter de juzgador y se designó a un sustituto provisional.
La suspensión fue por un período de 3 meses, en tanto concluía el procedimiento administrativo, plazo éste que concluía hasta el 27 de julio próximo. Sin embargo, Cruz Rojas interpuso amparo en contra de dicha suspensión, alegando que se violaron sus garantías individuales.
Aunque parezca aberrante, se salió con la suya, se dejó sin efectos la suspensión y éste día, a las 9:00 de la mañana, se supone que se presentará a “laborar” al Juzgado respecto del cual es titular. Se daba como un hecho que esto habría de ocurrir e incluso se advierte que en caso de que se determine cesarlo, cuando concluya el proceso administrativo en su contra, de nuevo promoverá amparo, para permanecer en el cargo, acumulando sentencias sin dictar.
Como lo del retorno se supo desde la semana pasada, el viernes fue colocada, en las rejas perimetrales de los tribunales del fuero común, una manta con la siguiente leyenda : El Colegio de Abogados “Ignacio Burgoa O.”, A.C., expresa su profundo repudio a la actuación del C. Lic. Carlos Cruz Rojas Juez Priumero de lo Civil, exhortándole a renunciar a su pretensión de continuar en el cargo, dada la flagrante violación de los derechos humanos en que ha incurrido en agravio de los justiciables por su reiterada conducta en perjuicio de una justicia pronta y expedita, prevista en el Artículo 17 de nuestra Constitución. Tijuana, B.C., a 4 de Junio del 2012”.
La manta permaneció solamente unas horas en ese sitio, pues fue retirada por personal de mantenimiento de las instalaciones judiciales. Los abogados lograron recuperarla y éste día la volverán a colocar, a fin de “darle la bienvenida” al citado Juez Cruz Rojas.
Los litigantes están sumamente preocupados por esta situación, porque no obstante que el citado juzgador no devenga el sueldo que percibe, en tanto que su función, además de dirigir el tribunal a su cargo, es la de dictar las sentencias interlocutorias, respecto a los incidentes que se planteen, así como las sentencias definitivas, en los juicios concluídos.
Se insiste en que al momento de ser suspendido, se le acumularon aproximádamente 300 sentencias definitivas y 47 sentencias interlocutorias, sin dictar, todas fuera del término. Ahora regresa, seguramente para seguir rompiendo record en tales incumplimientos. Esto, debería ser inscrito en Guiness. Se lo “merece” dicho “juzgador”.
Seguramente habrá quienes pregunten la razón por la cual ocurren cosas como estas, un juez que no trabaja, lo suspenden y se burla de dicha disposición, protegido por una resolución de amparo. Esto es un verdadero absurdo legal.
La respuesta genérica, pero concreta, es que la Ley Orgánica del Poder Judicial del Estado, es obsoleta y tiene tantas “lagunas legales”, que jueces como Cruz Rojas, pueden “nadar de muertito” y no les pasa nada. “Nadar de muertito”, es flotar en la superficie del agua, con tan solo mantenerse quieto, sin hacer ningún movimiento. Este juez no hace nada, lo suspendieron y ahora regresa, para seguir sin hacer nada. ¡Qué chulada!
Conocedores de la materia comentan que el propio Tribunal Superior de Justicia está impedido para evitar este tipo de situaciones tan aberrantes, por las deficiencias legales existentes, aunque nadie hace nada para corregirlas. Obviamente los superiores del citado juez, también “nadan de muertito”. Por eso la justicia es ciega y perezosa.
Sin embargo, “doña justicia” enfrentará un serio conflicto de intereses. Ya determinó proteger al juez incumplido, dizque porque se violaron sus garantías individuales. Los abogados inconformes con dicha resolución y con el retorno de Cruz Rojas, invocarán las recientes reformas al juicio de amparo, reclamando se respeten los derechos humanos de los ciudadanos afectados por las sentencias que no ha dictado. Son demasiados los agraviados por la pereza del supuesto juzgador.
“Doña justicia” tendrá que poner en una balanza, por un lado los supuestos derechos de Cruz Rojas, para no ser separado del cargo, aunque sea incumplido en sus funciones, y por la otra, los derechos humanos de las personas que son parte en los juicios respecto de los cuales Cruz Rojas no ha dictado las correspondientes sentencias. Para Ripley. gil_lavenants@hotmail.com
No hay comentarios:
Publicar un comentario