Por Gilberto Lavenant
En México, los políticos son los individuos en quienes menos creen los mexicanos. El grado de desconfianza es enorme. Algunos dicen que es culpa del PRI que gobernó 70 años, pero lo cierto es que durante los 12 años que ha gobernado el PAN, ni siquiera en eso hubo cambio.
Quizás por eso han calado las campañas negras que acusan al candidato presidencial priísta, que afirman que como Gobernador del Estado de México, estableció o firmó compromisos que no cumplió. Que por eso la campaña de que “Peña Nieto No Cumple”. Como dice la canción de Pedro Infante : “…por una vez que rogué, ya me decían el rogón”.
Pero si a incumplidos vamos, ahí tienen al Presidente Felipe Calderón, que dijo que sería el “Presidente del Empleo” y existen algo así como 12 millones de mexicanos desempleados. Esto además de 54 millones de mexicanos pobres. Si los priístas aplicaran la ley de El Talión, esa que reza : “ojo por ojo, y diente por diente”, ya hubiesen desatado una campaña contra Calderón, para recalcar todo aquello que el panista prometió y que no ha cumplido.
Sin embargo, a propósito de la desconfianza general de los mexicanos en los políticos, es interesante observar las manifestaciones estudiantiles en contra del candidato presidencial priísta. Los jóvenes, generalmente apáticos, desinteresados por la política, de pronto salen a las calles a manifestar su rechazo al posible regreso del PRI que gobernó a México durante más de 70 años, pero que dejó de hacerlo hace 12 años, cuando la mayoría de los manifestantes eran apenas unos niños.
Alguinos adultos, dada la cantidad de manifestantes en todo el país, sin duda alguna, les platicaron sobre las atrocidades que cometían los priístas. Innumerables actos de corrupción, un alto grado de impunidad, abusos y arbitrariedades, cacicazgos, nepotismo, imposiciones y tantas cosas.
Extrañamente, los narradores de tales pillerías, olvidaron decirles que en los últimos 12 años de gobiernos panistas, ha ocurrido lo mismo, y un poco más, que lo señalado en la historia del priísmo. No obstante, los jóvenes salieron a protestar en contra de Peña Nieto, específicamente, pero nada de dijeron de Fox o de Calderón, mucho menos de la candidata panista, Josefina Vázquez Mota. Es extraño, obvia y evidentemente.
No se trata de defender al priísta Peña Nieto, de ninguna manera. Se trata de observar o recordar que los panistas Vicente Fox, Felipe Calderón y Josefina Vázquez Mota, también son políticos. Dicho en otras palabras, pareciera que se aplica o cumple una consigna : aniquilar a Peña Nieto. Hacer lo que tanto la panista Vázquez Mota y el candidato de las izquierdas, Andrés Manuel López Obrador, no han logrado durante la primera mitad de las contiendas electorales. Porque ni modo que digan que a ellos sí les tienen confianza.
Claro, el más beneficiado con estas manifestaciones juveniles, lo es López Obrador, quien ya se siente en las nubes y presume que con la reacción de los jóvenes, será el triunfador en este proceso electoral. Ahora resulta que la esperanza de políticos como Andrés Manuel y Josefina, son los jóvenes. Más aún cuando que el viernes 18 de mayo, dos días antes de las manifestaciones, Leonardo Valdez Zurita, Presidente del Instituto Federal Electoral, informó que el próximo 1 de julio, más de 14 millones de jóvenes, mayores de 18 años, votarán por primera vez por quienes aspiran a la Presidencia de la República, y de esos, 3.5 millones, son nuevos votantes, o sea votarán por primera vez.
Sin embargo, el grado de abstencionismo en México, es sumamente elevado. Una nota publicada el 6 de junio del 2009 en el periódico capitalino El Universal, conforme a información del IFE, indicaba que durante los últimos cuatro procesos electorales (1997-2000-2003-2006) se dejaron de emitir más de 91 millones de sufragios para designar a diputados federales llevando al sistema electoral mexicano a niveles de abstencionismo que han alcanzado el 58% del padrón electoral.
Indicaba también que según las cifras del IFE, y de la Facultad de Derecho de la UNAM, en 1997 se registró un abstencionismo de 42.31%; tres años después, o sea en el 2000, alcanzó el 36.03%; luego en el 2003 aumentó la no participación a 58.32% y en el 2006 el abstencionismo fue del 41%.
Cuando a los jóvenes se les habla de política, echan pestes. Por regla general. Ahora resulta qye de pronto ya les interesa la política y, sobre todo, que ya confían en los políticos. Esto es sumamente interesante, pues es un fenómeno político-social-económico.
Ahora bien, los jóvenes que salieron a manifestarse el pasado fin de semana, en apariencia se comportaron como viejos políticos, conocedores de la historia política de México, al menos la registrada hasta el 2000, cuando el PRI es desplazado de la Presidencia de la República, al grado de que repudian abiertamente a los priístas. O al menos al PRI y al candidato de dicho partido, el mexiquense Enrique Peña Nieto.
Pero curiosamente no conocen lo ocurrido en estos últimos 12 años de gobiernos panistas. Porque resulta extraño que nada hayan dicho de la narcoguerra y los aproximáٔdamente 60 mil muertos, o de los 12 millones de mexicanos sin empleo, de los 54 millones de mexicanos pobres, de la enorme corrupción en todo el país y de tantas cosas más.
Los jóvenes de 18 años, los que el 1 de julio próximo votarán por primera vez, tenían apenas 6 años cuando el PAN desplazó al PRI de Los Pinos. Es evidente que el encono contra el priísmo, mostrado en las manifestaciones, no surgió como por arte de mágia. Y todo esto no es por descalificarlos, pero, evidentemente, en estos eventos juveniles, hay intereses de adultos. Y si dicen confiar en Andrés Manuel, es precisamente porque no lo conocen. Si lo conocieran, como dicen por ahí, no le creerían ni el bendito. Menos, si se saben el cuento de caperucita.
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