Por Gilberto Lavenant
La noche del domingo, durante el llamado debate entre los candidatos presidenciales, se comprobó que la desnudez femenina es mucho más poderosa que mil ideas. Definitivamente el quinto elemento se llevó la noche. No pronunció ni una sola palabra, pero superó en atención de gran parte de la audiencia, a Peña Nieto, López Obrador, Quadri y, obviamente, Vázquez Mota.
Es el tema de prácticamente toda conversación, durante y después del debate. La edecán del debate. Hay quienes consideran que fue plan con maña. Que el objetivo era distraer a los candidatos, pero sobre todo a la audiencia. Si alguien daba algún tropezón, pasaría desapercibido, si aparecía en la pantalla el llamado “quinto elemento”.
Los comentarios subieron de tono cuando en las redes se dió a conocer que era una “conejita” de la revista para caballeros. Lo comprobaron cuando mostraron sus fotos al desnudo.
Vale la pena aclarar que la mujer no está tan despampanante y que el atrevido escote, no enseñó más de lo que comúnmente se puede ver en muchos programas televisivos, incluso hasta en horarios infantiles. El problema se originó porque el evento y la institución organizadora deben ser ajenos a ese tipo de exhibicionismos.
Tal vez alguien pensó que estaba permitido, pues el debate sería en horario nocturno. Leonardo Valdés, Presidente del IFE, después de todo, con la intervención de ésta edecán, se salió con la suya, pues logró que el debate superara la audiencia, frente al partido de futbol de la discordia. Hay quienes se preparan ya para el siguiente debate, si es que va a ser bajo las mismas condiciones. Con edecán y todo.
Otros más sugieren que si les preocupa el abstencionismo y quieren que los mexicanos, hombres, vayan a las urnas a emitir su sufragio, que contraten edecanes como la del debate, para que estén en cada una de las casillas. Prometen que en esas condiciones, llegarán desde las 6:00 de la mañana el 1 de julio próximo y ahí se quedarán hasta que recojan las urnas.
Ya en serio, este “detalle”, evidenció la forma tan desaseada con la que se manejan en el IFE. No hubo arbitraje en el evento. Los candidatos hicieron lo que quisieron. La conductora o moderadora, simplemente anunciaba el siguiente paso. Nunca hizo algún llamado o exhorto. Fue una pelea campal de todos contra todos.
Este mal ejemplo, será la base para suponer que cualquier otro debate, será bajo el mismo esquema. ¡ Fuera propuestas ! y saquen todas las acusaciones y descalificaciones que les sean posibles. Parecía un “reality show” de ofensas recíprocas. El que lanzara más cochinada a sus rivales y sobre todo que lograra que alguno de ellos estallara o perdiera el control, ese sería el ganador. Esa fue la impresión.
Ninguno de los candidatos pidió disculpas por la agresividad, vulgaridad y falta de respeto como se comportaron. No sólo entre ellos mismos, sino para con la audiencia que a nivel nacional presenciaba el evento en espera de conocer propuestas y posibles programas a realizar en los próximos seis años, por parte de quien resulte electo en los comicios del 1 de julio.
Otra de las cosas que comentan es que las cámaras que captaron el desarrollo del debate, estaban estáticas y los candidatos quedaban fuera de cuadro cuando mostraban algún objeto. Cómo que todo, además de vulgar, estuvo demasiado acartonado. Parecieron principiantes.
Haciendo a un lado el caso de la edecán, de la que ya circulan por la red las fotos en la que aparece desnuda para la revista de caballeros, los televidentes se quedaron desconcertados ante tanta cochinada, al grado de que es común que se pregunten : ¿Quién ganó ?
Los políticos, dan como ganadores al candidato del partido al que están afiliados. Pero no sólo eso, ven como “algo natural”, las actitudes groseras asumidas y argumentan que todo mundo es libre de acusar, señalar o descalificar y que los televidentes eran libres de seguir viendo el desarrollo del evento, o cambiar de canal para ver el futbol o algún otro programa. Las pregonadas libertades están llevando a muchos a comportarse de manera vulgar y consideran que los demás están obligados a tolerarlos.
Los ciudadanos comúnes y corrientes, aquellos que no manifiestan abiertamente sus preferencias partidistas, o bien que manifestándolas, han adquirido madurez, dicen que no hallan a quien señalar como ganador del debate. Que las cosas positivas que pudo haber expuesto cada candidato, fueron eclipsadas por las acusaciones, descalificaciones o señalamientos mútuos.
De acuerdo a los dichos y señalamientos, fue un encuentro de mentirosos, corruptos, incumplidos y groseros. Aunque, como siempre ocurre, los equipos de cada uno de inmediato se pronunciaron como ganadores. Supuestamente, todos ganaron. Los que perdieron, fueron los mexicanos. Perdieron, aún más, la confianza en los políticos. Perdieron, aún más, la posible credibilidad en los políticos.
También perdió Enrique Peña Nieto, pues siendo el puntero en las preferencias electorales, se subió al ring a pelear, a los primeros señalamientos. No tenía necesidad de entrarle a los dimes y diretes. Se hubiese mantenido en la formalidad, en los planteamientos serios. Hasta ahí. Le ocurrió lo que a los boxeadores novatos que están exponiendo su título recién logrado y recurren a los golpes bajos, tratando de regresarle al rival, los guamazos ilegales.
Los efectos o reacciones de todo esto, se reflejarán en las próximas encuestas. Los errores, ya no se pueden borrar. Incluso los del IFE, con eso de la edecán, el quinto elemento que sin abrir la boca, sino simplemente mostrando un poco de lo mucho que ha enseñado en otros espacios, se llevó la noche.
gil_lavenants@hotmail.com
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