Por Teresa Gurza
Si no fuera porque constituyen antecedentes que pueden ser fundamentales para la elección del hombre o la mujer que intentará gobernarnos los próximos seis años, sería chistosísimo lo que está pasando con las disposiciones del IFE; que entre otras cosas, prohibe lo que no sea “periodismo genuino”.Frase que seguramente va contra las entrevistas que pagan partidos y candidatos para promoverse con disimulo; pero que se hubiera agradecido fuera más clara y dijera las cosas tal cual.
Como no lo hizo; y dado que ese organismo será el único que entre el 16 de febrero y el 29 de marzo tiene permiso para hacer propaganda electoral y autopromoverse, es válido preguntar si considera “periodismo genuino” cualquiera de sus anuncios, machacones y sin imaginación, que saturan los canales de TV.
O si la oferta de la candidata panista de cuidarnos como si fuéramos sus hijas, será considerada promoción; o se le permitirá, pensando que seguramente le quitará votos.
A menos, claro, que la promesa incluya comprarnos a todos los mexicanos, chalequitos de piel como los que exhibe en las fotos en que sale con su mamá cuidadora, la hija mayor.
¿Serán vistos como promoción ilegal las decenas de mails que llegan cada a cada rato a favor de Josefina o de Peña Nieto?
¿O los anuncios del gobierno federal sobre lo que dice ha realizado, pero que advierte son ajenos a cualquier partido político?
¿Es criticar a los oponentes, lo dicho por Vázquez Mota sobre que debe nadar entre tiburones?; ¿o la frase no es considerada agresión ni insulto por proceder de un humilde y respetuoso pescadito rojo? perdón azul…
¿Los debates prohibidos y las entrevistas “genuinas”, nos llevarán solamente a monólogos combinados de los que nadie saque nada?
Todos sabemos que en el pasado reciente y en el no tanto, las campañas han sido caras, largas, inservibles e inútiles porque los candidatos no dicen nada, o dicen lo mismo; desperdiciando así recursos públicos que podrían ser mejor empleados.
Pero la veda las hará más onerosas; y por lo que entendí, no disminuye gastos de publicidad, la diferencia es que sólo los hará el IFE.
Y se gastará también en grande al tener que quitar y volver a colocar anuncios, espectaculares, plásticos y mantas, que el IFE llamó a desaparecer durante ese tiempo.
Hay que tener también en cuenta, que enmudecen a unos pero es imposible quitarles lo habladores a otros, como el cardenal Norberto Rivera y sus ocho obispos auxiliares.
Quienes bajo el pretexto de cumplir con “orientaciones pastorales” están promoviendo lo que llaman “voto responsable” a favor de personas y no de partidos.
Y lo hacen precisamente en el DF, entidad en la que el PAN puso como candidata a una persona sin partido a la que parece se dirigen las recomendaciones de los prelados; que sin empacho piden poner en el centro de la decisión a la persona y a quien respete sus derechos, por encima de intereses partidarios.
Hace ya 30 años, fui candidata a diputada en el 24 Distrito del DF por el PSUM; y entonces el cardenal Ernesto Corripio Ahumada sacó un tríptico contra mi partido y sus candidatos, que decía más o menos lo mismo que ahora dicen sus sucesores.
Antes y ahora había prohibición legal para hacerlo, pero ni antes ni ahora eso les importó; y tampoco las autoridades hicieron algo para impedirlo.
Me pregunto cómo se atreven cardenales y obispos a hablar de derechos; sobre todo en momentos que han salido a la luz decenas de miles de violaciones y manoseos a niños y niñas puestos a su cuidado; y cuando tampoco respetan muchísimos derechos más, entre ellos los de igualdad entre mujeres y hombres.
Cómo se atreven con esos antecedentes, a dar consejos sobre “la responsabilidad moral de ser congruente con los dictados de la conciencia y la fe?”
Y ¿cómo el IFE lo permite?
O todos coludos o todos rabones, aunque se traiga sotana. O todos a vestidores, o todos a la cancha.
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