Por Alfredo Calva
A partir de la designación de Eligio Valencia Roque y Nancy Sánchez Arredondo, como compañeros de formula en su registro como aspirantes a la cámara alta del Congreso de la Unión, por el CEN del PRI, haciendo a un lado, la figura de María Elvia Amaya, quien se avizoraba como la inevitable en estadio, se desato una serie de comentarios y análisis de carácter político en donde se manifiestan los aspectos negativos de esta decisión cupular.
La presencia de Eligio Valencia Roque, dueño del diario ¨El Mexicano¨, y líder estatal de la CTM, dentro de la formula de competencia electoral, y en especial, como primero en esta, origino la exposición de todas sus roñoserías, desde el apropiamiento indebido del rotativo que hoy detenta, hasta la degradación de la otrora poderosa central obrera, de la cual se apodero a raíz del fallecimiento de Roberto Luevano Aguayo.
Lo anterior es comprensible dentro de aquellos que se dedican a la crítica y análisis político, lo que no es entendible es, que se olviden de quien ocupa el segundo sitio en esa fórmula política, Nancy Sánchez Arredondo, lo que convierte al asunto en una misoginia de carácter político.
La señora, cuenta con los meritos sobrados para estar en esa posición, de hecho, y considerando lo expuesto someramente del adalid obrero, sus posiciones deberían de estar encontradas, si es que no hay forma de evitar la presencia de Valencia Roque, su trabajo partidista y su capacidad política lo sustenta, a diferencia del propietario del Mexicano.
Desde su arribo al tricolor, ha sido, y es, una mujer priista de convicción y corazón, es una política de las llamadas ¨de a pie¨, no huyo cuando la derrota del 89, año en que su partido perdió la gubernatura del estado, al contrario, siguió trabajando, luchando por convencer y vencer las deficiencias del organismo político que la arropo buscando ante todo, devolverlo al poder estatal.
En la elección del 2010, arribo gracias a su esfuerzo y por su trabajo con la comunidad del tercer distrito electoral, al congreso del estado, a integrar la XX legislatura, donde a partir del primero de octubre de ese mismo año, se distinguió por su capacidad de trabajo legislativo, por su enjundia para tratar temas torales con los representantes de ejecutivo y con el propio gobernador.
Es política que tiene la capacidad y la fuerza para sacar una fórmula que lleva un gran lastre, pero aun bajo esta condicionante, está comprometida con su partido e ideales, y tiene la confianza y voluntad de sacar la tarea avante y hacer victoriosa una combinación, que de entrada, no agrado a los propios priistas y a los críticos y analistas de la política.
Hay que darle el voto de confianza
Hay que hacer de lado la misoginia
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