Por Gilberto Lavenant
Cuando el virtual candidato presidencial priísta, Enrique Peña Nieto, acudió a la Feria Internacional del Libro, en Guadalajara, y se resbaló feamente al evidenciar que no lee libros, o si los lee, no recuerda títulos, ni nombres de los autores, casi todo mundo se lo quería comer vivo.
Bueno, merecido se lo tuvo, eso de sentirse escritor, por haber plasmado en un impreso, tipo libro, su programa de acción hacia la Presidencia de México, no le da el carácter de escritor, como para tratar de mezclarse con quienes realmente los escriben, los letrados del país, que se consideran a sí mismos como una clase divina. Fue como meterse a la cueva del lobo.
Poco a poco se han diluído las críticas ácidas por tan lamentable incidente, que por cierto ubicó a Peña Nieto de cuerpo entero, como una persona común y corriente, quizás más corriente que común, pues para muchos, aunque los mexicanos no leen, resultó una grosería que quien aspira a gobernar al país, no lea libros. Esto al margen de sus cualidades y capacidades personales inherentes o tendientes a la función pública.
Sin embargo, eso fue poca cosa ante el resbalón de doña Josefina Vázquez Mota, registrado en días pasados. Resulta que luego de un debate con los otros dos precandidatos panistas, accedió a atender una entrevista, vía teléfono, con periodistas radiofónicos. La entrevista era de mero trámite, pues se trataba de que contestara sus impresiones sobre el debate en mención. La voz, presuntamente aguardientosa, de la precandidata, y sobre todo la forma incoherente en que se expresó, refiriéndose a cosas totalmente ajenas a los cuestionamientos. Qué ridículo.
Los periodistas no podían creer, pues por más que insistían en la pregunta básica, doña Josefina volvía a responder incoherente. Para los escuchas, la precandidata estaba bajo los efectos de bebidas embriagantes, sin duda alguna.
Al día siguiente, pasados los efectos de la supuesta resaca, doña Josefina acudió de nuevo con los periodistas a tratar de explicar y justificarse. Dijo que en realidad estaba cansada, pues tenía una hija enferma y estuvo al pendiente de su estado de salud, durante 48 horas, que casi no durmió, y que a eso se debió que se desconectara de la relidad durante la entrevista.
La verdad es que nadie ha creído la explicación y justificación de doña Josefina y son innumerables las especulaciones y conjeturas derivadas de tal incidente. Algunos dicen que probablemente no sea cansancio, sino que está enferma. Otros más han hecho circular versiones en el sentido de que es adicta a las bebidas embriagantes.
Quienes advierten cansancio, observan que “la yegua está cansada”, cuando todavía ni siquiera empieza la carrera formal hacia la Presidencia de la República. El 12 de diciembre del 2011 se inscribió como precandidata, 6 días después inició su precampaña, el próximo 5 de febrero es probable que se determine si resulta electa candidata y el 30 de marzo iniciaría la contienda formal. Esto ha preocupado seriamente a sus seguidores, pues si bien es cierto que va a la cabeza de los precandidatos panistas, mal están las cosas si ya manifiesta cansancio, cuando que aún no inicia la contienda formal.
Más grave aún sería que doña Josefina Vázquez Mota estuviese enferma. Que no tenga las condiciones de salud para realizar la campaña electoral y todavía peor, que no tenga fuerzas suficientes para manejar los destinos del país durante seis años. Que la caballada esté flaca, se entiende, pero que además de eso, esté cansada, sería el colmo.
Lo más delicado de esto es que, aprovechando el incidente de la entrevista, los propios panistas, aparentemente del equipo de su rival, Ernesto Cordero, parodiando en base a esa cumbia pegajosa que señala tesoneramente “…lo que pasa es que la banda está borracha, está borracha, está borracha”, elaboraron un video, que ya circula en internet, en donde pintan como alcólica empedernida a Vázquez Mota.
En el mismo adecuan la canción y ubican a doña Josefina como personaje central, la muestran en una barra de cantina y empinando el codo, sujetando una botella de licor. El contenido es vulgar, grosero.
Para empezar, la titulan “La cumbia de Chupina”, por aquello de que en nuestro país el ingerir bebidas embriagantes, se le refiere como chupar, a las bebidas se les llama “chupe” y en este caso a doña Josefina, presunta adicta al “chupe”, le refieren como “chupina”.
Pero no se trata de hacer el juego a los autores del video, sino de observar que todo indica que fue elaborado por el equipo de Ernesto Cordero, el “precandidato oficial” del Presidente Felipe Calderón, en tanto que surgió de la cuenta @jovenesPAN, que identifican con el exSecretario de Hacienda.
Esto indica que en su desesperación por desplazarla, los corderistas decidieron recurrir a la guerra sucia para fastidiarla. Doña Josefina va a la cabeza de los precandidatos panistas y está frustrando la estrategia presidencial que pretende sea su amigo Ernesto Cordero el abanderado blanquiazul.
Los panistas presumen de democráticos, de todo culpan a los priístas y ellos aparentan que “no quiebran un plato”, cuando que “los tienen todos rotos”. En este caso se les pasó la mano, pues además que doña Josefina es mujer y merece respeto, es su compañera de partido. Ni para qué imaginar los alcances de la guerra sucia que serían capaces de realizar en la contienda formal ante los candidatos rivales.
Y en este caso concreto, no pueden imputar la autoría de edicho video ni al equipo de Peña Nieto, ni al de López Obrador, pues aunque doña Josefina es una seria rival, primero tiene que resultar triunfadora, en las elecciones internas. Es evidente que el exSecretario de Hacienda, de cordero no tiene nada. Es un lobo feroz y mañoso, en tanto que agrede a los de su propia casa. Y conste, esto apenas empieza.
gil_lavenants@hotmail.com
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