lunes, 26 de diciembre de 2011

Palco de Prensa: La sordera crónica

Por Gilberto Lavenant
Los residentes de San Quintin, al sur de Ensenada, al igual que los del puerto de San Felipe, en el municipio de Mexicali, durante varios años han estado luchando para que sus comunidades se conviertan en municipios. Resulta que están tan lejos de sus respectivos gobiernos municipales, que tienen recorrer enormes distancias para acudir con sus correspondientes Alcaldes. Además del tiempo que requieren para ello.




Los de Tijuana, no tienen ese problema de la distancia. En sólo unos minutos se trasladan desde sus domicilios al palacio municipal, donde el Alcalde Carlos Bustamante tiene sus oficinas. El problema que enfrentan, cuando requieren plantear un problema o reclamar apoyo, es uno totalmente distinto. Unos le llaman insensibilidad, otros falta de voluntad política, muchos más sordera crónica. También la interpretan o describen como necedad.



El sábado 24 de diciembre del año en curso, Bustamante logró que el Cabildo aprobara desincorporar del dominio público del gobierno municipal, el edificio en el que durante 40 años funcionó la policía municipal de Tijuana, ubicado en la Calle 8 y Avenida Constitución. Hubo propuestas, peticiones y sugerencias en torno al destino o uso para dicho inmueble. Hubo quienes pretendían que fuese un Museo del Policía, para reivindicarlos, en especial a aquellos que perdieron la vida en el cumplimiento de su deber.



Hubo otros que reclamaban que fuese un sitio de promoción cultural. Imaginaban que podía ser, como muchos otros en diversas partes del país o del mundo entero, un atractivo punto para visitantes, tanto nacionales o extranjeros. La fuga del narcotraficante José Contreras Subías, ya fallecido, es una de las historias más destacadas. Pero hay muchas otras más.



Sin embargo, el Alcalde no escuchó las propuestas, solicitudes o sugerencias. Como dicen por ahí “se montó en su macho” y decidió que debe ser vendido. Dicen que la venta ya está pactada, que solo era cuestión de trámites, para ello. El sábado pasado se dió el primer paso. Se aprobó, con la votación mayoritaria del cabildo, que se desincorpore del dominio público del gobierno municipal, para estar en condiciones de enajenarlo.



Sin duda alguna que esto no será del agrado de quienes pretendían se le diera un destino especial a dichas instalaciones. Por ejemplo, el que fuese creado ahí un Museo del Policía. Eugenio Carrasco Casillas, promotor, afirmaba que esto no implicaría erogación de recursos al ayuntamiento local, que se podrían obtener recursos federales. El proyecto, quedó en meras buenas intenciones.



Otra petición fue por parte del llamado Foro Cultural Ciudadano (FOCUC A.C.) que en noviembre pasado cuestionó severamente la cerrazón del Alcalde, ante la solicitud de que el edificio de la 8, fuese aprovechado para fines culturales.



Mediante manifiesto de fecha 21 de noviembre del año en curso, el FOCUC acusó al Ayuntamiento de Tijuana, encabezada por el Alcalde Carlos Bustamante Anchondo, de que el gobierno local, carecía de vocación cultural. Obviamente esto enfadó seriamente al Alcalde. Después de todo, dicen que la verdad no peca, pero incomoda. Esta, seguramente, incomodó a Bustamante.



En el texto del mismo se señaló que : “…El XX Ayuntamiento de Tijuana, presidido por Carlos Bustamante Anchondo, ha dado reiteradas muestras de su insensibilidad política y menosprecio a los asuntos culturales de la ciudad. Prácticamente no existe interlocución de este sector con la actual administración priísta, y el diálogo que se venía propiciando al interior del Subcomité de Cultura se ha cancelado con la eliminación del Comité de Planeación para el Desarrollo Municipal (Copladem) por el actual Ayuntamiento de Tijuana”.



Así mismo, el FOCUC advirtió que : “Uno de los tantos asuntos culturales que ejemplifican la sordera del alcalde y su falta de tacto político, es el que tiene que ver con el destino del edificio de la ex Comandancia de Policía de la Calle 8 y Avenida Constitución. Sobre este tema ha habido diversos pronunciamientos para que este espacio, ubicado estratégicamente en la zona centro, se convierta en un foro con vocación cultural (sede de proyectos artísticos, casa de los periodistas, museo del policía y hasta delegación municipal, etc.). Esta iniciativa ha sido respaldada por distintos grupos culturales y gremios sociales con el apoyo de dependencias de gobierno dispuestas a canalizar recursos económicos para su concreción (un ejemplo, la Delegación de Sedesol en Baja California)”.



En otra parte apuntó que : “… desde un principio la opinión y las declaraciones del alcalde de Tijuana han resultado de lo más desafortunadas por no decir patéticas. Bajo el argumento pueril de que la antigua Comandancia de Policía tiene “malas vibras” ya que en sus instalaciones “han sucedido cosas muy malas”, la autoridad municipal ha evadido la consulta con la sociedad y, por consiguiente, desoído los fundados argumentos para que este importante inmueble se convierta en un espacio de utilidad comunitaria, tal y como ha venido sucediendo con este tipo de infraestructura (cárceles, penitenciarías, reclusorios, etc.) en otras ciudades mexicanas”.



Este no es el primer caso, en base al cual se hace referencia a la sordera crónica del Alcalde de Tijuana. Dicen que cuando el río suena, es que agua lleva. Pero cuando a un político se le habla y hace como que no escucha, es algo grave. Sumamente grave. Dicen que no hay peor sordo, que el que no quiere escuchar.



Curiosamente, durante su primer informe de gobierno, el Alcalde dijo que : “Un gobierno democrático se basa en el diálogo entre ciudadanos que tienen la madurez de alcanzar acuerdos”, que “gobernar, es estar cerca de la gente”. El discurso es elocuente, la realidad deprimente.



Dialogar, con quien padece de problemas auditivos, es difícil, pero posible. Dialogar con quien se niega a escuchar, es casi imposible. Lo más delicado de esto, es que además de no reconocer lo de la sordera, le enfada que se lo digan.

gil_lavenants@hotmail.com

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