Por Gilberto Lavenant
Con frecuencia se cuestiona si es que en México, existe libertad de expresión. A quienes plantean este cuestionamiento, habría qué decirles, que lo que casi no existe, son hombres y mujeres libres, dispuestos a ejercerla.Por alguna u otra razón, la mayoría de los seres humanos sacrifican ese enorme tesoro que es la libertad de expresión, por miedo, por compromisos sociales, económicos o políticos. Muchas de las veces lo rematan por unas cuantas monedas.
Muchos son valientes en el anonimato. Dicen, juzgan, señalan, cuestionan, de manera severa. Aunque muchas veces son meros desahogos, cuando recurren a las descalificaciones, a las groserías, a las ofensas, para desquitar el coraje o envidia contra determinado personaje. Pocas veces se hace sin sustento.
Pero…¿Existe libertad de expresión en México ? Bueno, en estos momentos la hay. Al menos mucho más que la que hubo en los 60´s y 70´s, cuando una simple mala palabra, en los medios electrónicos, era suficiente para “desconectar” a un medio de difusión. Una crítica aguda o un simple señalamiento categórico, dejaba a la prensa escrita sin el abastecimiento de papel.
Hoy en día, sigue habiendo limitantes, si es cierto. Dependiendo de cada medio y los compromisos que tenga cada cuál, es la medida de la libertad de expresión. Sin embargo, los caminos o vías de expresión, se han ensanchado y se han diversificado, no solo por la evolución social y los efectos de la globalización, sino sobre todo por los adelantos tecnológicos que dieron al mundo algo llamado ciberespacio.
Hoy, en México, ocurre, lo que hace 30 o 40 años, parecía imposible. Entonces el riesgo de la opresión, del hostigamiento y de los atropellos, era real e inminente. Hoy, se puede hacer, lo que antes no se toleraba. Lo que falta, para consolidar esa libertad de expresión, es que surjan hombre y mujeres libres, dispuestas a llamar las cosas por su nombre.
Esta libertad, debe ser al márgen de compromisos políticos o económicos. La verdad y la justicia, no deben estar marcadas o limitadas por siglas partidistas. La verdad y la justicia, hacen a los seres humanos más grandes, más fuertes, más valientes. Pero de que existe libertad de expresión, existe.
Como prueba de ello, cabe comentar que este sábado, 26 de noviembre, allá en Guadalajara, Jalisco, durante la edición número 25 de la Feria Internacional del Libro, se hizo un reconocimiento a Fernando Vallejo Rendón, escritor y cineasta colombiano, naturalizado mexicano.
Este personaje, de 69 años de edad, con un cúmulo de premios en su haber, al agradecer la entrega del Premio FIL de Literatura, dijo, entre otras muchas cosas, lo siguiente :
“…Mi gallo, era un gallo con botas. No bien subió al poder y se instaló en los Pinos, se infló de vanidad y se transformó en un pavorreal, y el pavorreal en un burro, y la quimera de gallo, pavorreal y burro, empezó a rebuznar, a rebuznar, a rebuznar, día y noche sin parar, hasta que ajustó seis años. Cuando se le ocurrió, como a Perón con Evita o con Isabelita, que podía seguir rebuznando otros seis a través de su mujer. No se le hizo, no pudo ser. Hoy de vez en cuando rebuzna, pero poco, y lo critican. ¿Por qué ? Déjenlo que rebuzne, que se exprese, que él también tiene derecho. Yo soy defensor de los animales. Yo quiero a los burros, a los pavorreales, a los perros, a los gallos. Cuando estoy cerca de ellos se me calma unos instantes el caos de adentro y creo sentir lo que llaman la paz del alma”.
Fernando, no es político, es escritor, es cineasta, es hombre libre. Se expresa con libertad, evidentemente. Dice lo que piensa, llama a las cosas por su nombre, costumbre no muy usual en muchos individuos. Por cierto, eso de su amor por los animales, no es cuento. Además del premio simbólico, le otorgaron uno metálico, en dinero, pues, muy sustancioso, 150 mil dólares, que dividió en dos y cada parte la donó a asociaciones caritativas que apoyan a los animales.
Abundó bastante, sobre sobre los más destacados políticos panistas de los últimos 12 años, Vicente Fox y Felipe Calderón. De este último, aseguró que el presidente de México, Felipe Calderón, es indigno del puesto que ocupa, porque no castigó lo que llamó como delitos de 70 años de presencia del PRI en el poder.
“Calderón –dijo- es un hombre indigno del puesto que ocupa, él no puede presidir el destino de 110 millones de personas, porque no es nadie ni ha hecho nada por México, sino es un vivo de la política. Él como su antecesor (Vicente Fox) se apoderaron de un partido limpio, como era el PAN, de sus posibilidades electorales y dejaron impunes todos los delitos, todo el saqueo, todo el envilecimiento que el PRI provocó a México en 70 años.”
Más adelante señaló que Felipe Calderón le declaró la guerra a los cárteles de la droga, sin asumir sus responsabilidades frente a los delitos de los partidos políticos, porque… “el PRI qué ha sido, el PRD qué es, el Partido Verde qué es y el PT qué es y el PAN que era limpio en qué se está convirtiendo: ellos dos son alcahuetes de todos los delitos del PRI y son unos vivos de la política, de lo que llamo aprovechadores públicos”.
Los escritores, como Vallejo, el propio Javier Sicilia, desarrollan el libre pensamiento, y ejercen la libertad de expresión, precisamente porque se desarrollan al márgen de la política. Son testigos fieles de las condiciones sociales y políticas, básicamente, y dan su manifiesto sin tapujos, sin rodeos, sin intereses presentes, ni futuristas.
Luego de conocer algo de lo dicho por Vallejo en Guadalajara, se puede aseverar, sin temor alguno, que efectivamente en México sí existe la libertad de expresión. Lo que casi no existen, son hombre y mujeres libres, dispuestos a ejercerla.
El ejercicio de la libertad de expresión, es una lucha de más largo alcance. Debe constituir una práctica común de todos los individuos. El expresarse con libertad, es el primer paso para lograr tener una sociedad más libre, más fuerte, más exigente, y, por ende, gobiernos eficientes. Sobre todo, decentes.
gil_lavenants@hotmail.com
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