Por Gilberto Lavenant
Luego de una pantomima, disfrazada de encuesta, los partidos de izquierda ya tienen candidato. Andrés Manuel López Obrador, se salió con la suya. Para algunos observadores políticos, el resultado ya estaba previsto.
Luego de muchos regateos y jaloneos, los grupos afines a uno y a otro, optaron por una salida práctica, que les permitiera tomar la decisión. Habría candidato y el presunto rival, “valientemente” se adheriría a la campaña del elegido. Andrés Manuel fue el ganón, como ya estaba previsto, y a Ebrard le toca el papel de adherente.
El procedimiento para seleccionar al candidato de los partidos de izquierda, estuvo más o menos pintado de democrático. Cada quien escogió a su propia encuestadora. El que mostrara mejores números, en cuanto a preferencias electorales, sería el candidato. El otro, tendría que resignarse a ser simplemente el exaspirante presidencial.
El día miércoles 9 de noviembre, Roy Campos, de la empresa Mitofsky, anticipaba los resultados de la encuesta y la describía. No utilizó la palabra pantomima, pero la describió como tal. Le dá la razón a Ebrard, en cuanto a los objetivos de la encuesta, que eran mantener la unidad de la izquierda, captar la atención y no generar un perdedor. Roy planteaba las posibles variables de la encuesta. Andrés Manuel aparecería como el más conocido, pero Ebrard el menos rechazado, pues genera mejores opiniones.
Sin embargo, al plantear la pregunta : ¿Cómo les va cuando se enfrentan hoy a Peña y Vázquez Mota? Roy advierte que “…En este caso, a los dos les va relativamente mal”. No obstante, planteó tres posibles escenarios.
Que ganara Andrés Manuel, como ocurrió, para Campos : “…en ese caso se impondría “la lógica” al ser el candidato que los simpatizates perredistas parecen querer en la boleta y además ser a quien pretenden postular los otros partidos de izquierda. El efecto inmediato sería la disminución del impulso que Ebrard ha tomado, ya que pasaría a ser otro espectador del proceso y probable candidato al senado o a dirigir la campaña”.
Que ganara Ebrard, “…generaría la reacción inmediata de militantes de izquierda que quieren a AMLO en la boleta, descalificando al Jefe de Gobierno y mostrando de nuevo la cara de un PRD dividido; se criticaría la decisión con el argumento de que no se tomó la opinión de los militantes, le quitaría lustro a la candidatura y el único que podría parar ese proceso sería, paradójicamente, López Obrador”.
Que en un tercer escenario, no se pudiera declarar ganador, lo que generaría : “…incertidumbre; emoción; misterio; la atención pasa a este partido; ya no sería AMLO el seguro candidato; se alargaría la decisión y el 18 de diciembre iniciaría la precampaña con entusiasmo por la militancia, habría un interés público que no lograron en el 2005, cuando le dejaron ese espacio al PAN. En este caso, a diferencia de los dos anteriores, los 45 días de precampaña tienen no sólo sentido, sino interés y atención pública”.
Como si fuese adivino, Roy anticipaba, hace una semana : “…Sigo pensando que no se pelearán, que irán en el mismo equipo de campaña y los veremos juntos en el 2012 (lo que no garantiza que todos los simpatizantes de ellos lo hagan, si el candidato no es el que apoyan). La popularidad de AMLO en el PRD es muy grande y por ello opino que la candidatura sigue en sus manos, la posibilidad de Ebrard pasa por ahí; si AMLO decide que no habrá encuesta que se la quite y si decide dejarle el lugar a Ebrard, deberá hacerle la campaña en la izquierda porque es a él a quien ese segmento quiere en la boleta. (Al revés, si es AMLO será Ebrard quien haga campaña más allá de la izquierda)”.
Así es que, experto en materia de encuestas, las predicciones de Campos resultaron ciertas. Andrés Manuel será el candidato de los partidos de izquierda. Ebrard, solo su coordinador de campaña. Lamentablemente, para López Obrador, no son las mismas condiciones bajo las que enfrentó a Felipe Calderón. El panorama político nacional lo muestra como un perdedor.
Los comicios de Michoacán, el pasado domingo, mostraron las debilidades del PRD, pues fue derrotado en su cuna, la entidad que fue gobernada por Cuauhtémoc Cárdenas, por su hijo Lázaro y por Leonel Godoy. El perdedor no fue precisamente el candidato perredista a la gubernatura de dicho Estado, sino el PRD y el propio Andrés Manuel.
Cabe recordar los resultados del estudio de Consulta Mitofsky, correspondiente al mes de Octubre, respecto a las preferencias electorales para el 2012. Ante la pregunta : ¿Quién le gustaría fuera el próximo Presidente ? Los resultados dieron a Enrique Peña Nieto el 33.1 %, Andrés Manuel López Obrador el 9.8, Josefina Vázquez Mota el 7.0, Santiago Creel el 5.2, Marcelo Ebrard el 2.8 y Manlio Fabio Beltrones el 2.3. Si bien es cierto que Andrés Manuel aparece en segundo lugar, obtiene solo un pobre 9.8 % frente al 33.1 de Peña Nieto.
En lo único que Andrés Manuel aparece en primer lugar, es en que es el más conocido, entre los ciudadanos de todo el país, con un 96 %, Peña Nieto con un 94, Marcelo Ebrard con un 76, Santiago Creel con un 73, Josefina Vázquez Mota con un 66, Manlio Fabio con un 48 y Ernesto Cordero, el más bajo, con un 38.
La izquierda mexicana ya tiene candidato. Ahora requiere un “ortopedista” que les cure las múltiples fracturas. La “morena” no basta para hacer el milagro. Lamentablemente, para Andrés Manuel, al retirar a Ebrard de la contienda interna, se convierte en candidato y como tal no puede hacer campaña, sino hasta principios del 2012. Perdió la prerrogativa de utilizar tiempos oficiales destinados a las precampañas, a partir del 18 de diciembre. Hasta en eso perdió.
Los priístas, en cambio, aunque dan como favorito a Peña Nieto sobre Beltrones, podrán hacer precampaña. Hasta en política, “hay que jugar con el librito”.
gil_lavenants@hotmail.com
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