viernes, 2 de septiembre de 2011

¿Seis años más?

Por Teresa Gurza
Que razón tiene Adolfo Sánchez Rebolledo en su artículo del jueves pasado en La Jornada, al insistir en la necesidad que tenemos como país “de entender cómo y por qué derivamos a esta gravísima situación de descomposición”.
Al afirmar que “algo pasó con México, que no acabamos de discernir a cabalidad”; y al interrogar si no habrá llegado ya la hora de hacer a un lado los eufemismos, para hablar en serio de qué vamos a hacer para no vernos tragados por el pantano.



Tras leer a Fito pensé que el presidente Calderón, principal responsable de lo que está pasando, debiera tener cuando menos capacidad de escuchar lo que gente respetable, respetada e inteligente propone, para poder trazar un camino que nos permita salir del laberinto al que hemos llegado; y que cada día nos da peores sorpresas.



Basta con leer la prensa mexicana o hablar con amigos y familiares, para darse cuenta de cómo andamos.



Desde que Calderón tomó posesión las cifras positivas han ido disminuyendo; al mismo tiempo que se han incrementado las negativas.



Por eso cuando lo veo tan feliz en noticieros o en fotos de los diarios me pregunto, si tendrá alguna razón que los demás desconocemos para estar risueño y triunfante.



Sobre todo ahora, que hay casi unanimidad en la opinión que se tiene de su gobierno; que no es buena.



Debe ser terrible para cualquier ser humano echar a perder un país como su administración y la de su antecesor, hicieron con el nuestro.



Cierto que antes de ellos estábamos mal; pero también cierto, que no tanto como ahora.



Tenemos más pobres; casi 36 millones de compatriotas están totalmente desprotegidos, carecen de servicios básicos, vivienda digna, educación de calidad, acceso a buena salud, dinero para alimentos que les permitan saciarse sin enfermarse y dar a sus hijos una vida pasable.



A cada rato nos enteramos de olvidos y rezagos en la aplicación de vacunas infantiles; y el gasto público por niño, es siete veces inferior al recomendado por organismos mundiales.



En todas partes saltan corrupción e ineficiencia…en las cárceles hay caos… narcofosas y extorsiones son ya, parte de nuestro vocabulario… En Pemex se descubren mangueras que chupan gasolina que no se paga… el campo no produce lo que debiera… crece el desempleo… las conquistas sindicales se desprecian… y en los dos gobiernos panistas aumentó el consumo interno de drogas en casi un 35 por ciento…



Reinan la impunidad, el cinismo y las averiguaciones ministeriales incompletas…muchos de los más de 40 mil muertos del sexenio, se consideran “daños colaterales”… se asesina periodistas y se agravia a comunicadores y medios… se atenta contra la libertad de prensa…y hay desprestigio internacional…



Y como cerecita del pastel después de jurar que no lo haría, una hermana se registra para la gubernatura de Michoacán, con el aval de su hermano poderoso.



Mientras esto sucede, se derrocha en gastos para la “guerra” de la presidencia; aumentan muertos, secuestrados y balazos; se “caza” a los que cansados de pasar por lo que pasan y de no tener para nada, buscan emigrar; y hay temor en todas partes.



Todo, sin el consuelo de tener un presidente respetado con un gobierno que enfrente a los delincuentes y les gane; que sea capaz de defender los derechos humanos de sus gobernados, cuyas violaciones por cierto han sido calificadas en Los Pinos como “incidentales”.



Y todo seguirá así, mientras se mantengan estrategia y privilegios millonarios.



Mientras no haya reforma fiscal que grave en serio a las grandes empresas; y se permitan abusos de los bancos; mientras secretarios de Estado, ministros de la Corte, dirigentes sindicales, senadores y diputados, sigan con sueldos altos, carísimos seguros médicos y de vida, gastos de transporte y pasajes, viáticos de muchos ceros, gasolina, comidas, vacaciones pagadas, despensas y canastas navideñas…



Prebendas que los llevan a sentirse soñados, a perder el piso, a hablar engolado, a creer que están hechos de otro barro y todo merecen; sin detenerse a pensar que acaparan recursos que debieran ser usados para disminuir la desigualdad que nos abruma.



¿Y qué decir de la oposición partidista?...



Que da pena ajena por vivir ocupada sólo en mirarse el ombligo.



Y todavía el presidente Calderón y el candidato Cordero se atreven a decir que necesitamos 6 años más de PAN…



No sueñen.





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