Por Gilberto Lavenant
Olvidando aquello de que “el que mete paz, saca más”, los directivos del Consejo Coordinador Empresarial, manifestaron al Alcalde de Tijuana, Carlos Bustamante Anchondo, su aparente preocupación por su presunta confrontación con los integrantes de la Legislatura Estatal.
El tema central, como era de esperarse, lo fue el caso del Juicio Político contra la Síndico Yolanda Enríquez, que el propio Alcalde califica como un revanchismo político, aduciendo que es una excelente funcionaria pública.
El Presidente del CCE, Mario Escobedo Carignan, externa que los empresarios están preocupados, por el enfrentamiento del Alcalde y los diputados locales, en lugar de estar atendiendo temas fundamentales como el de la Zona Económica Estratégica, para recuperar empleos.
Sin duda alguna, tanto Bustamante Anchondo, como Escobedo Carignan, ambos empresarios, saben hartas cosas de negocios. En ese mundo, se mueven “como peces en el agua”. Sin embargo, cuando se meten a la política, evidentemente “dan patadas de ahogados”. Está claro que confunden la amnesia, con la magnesia.
Bustamante, es Alcalde de Tijuana. Llegó al cargo, postulado por el PRI. Pero fue postulado, luego de que Escobedo, se retiró de la contienda, al considerar que en política, las cosas no eran como él se imaginaba. Cuando se percató que las posiciones para regidores, se asignan a los grupos políticos priístas con mayor presencia y compromisos adquiridos, y no a los compas, simplemente por simpatías, pues finalmente mejor dijo : “yo así no juego”.
Y conste, Escobedo tenía la postulación en la bolsa, pues su hija se casó con Chris López, ahijado del Senador priísta Manlio Fabio Beltrones, uno de los políticos más influyentes al interior del Partido Revolucionario Institucional, que ya se miraba despachando en la silla presidencial del Ayuntamiento de Tijuana. Pero no aguantó las presiones, las exigencias partidistas y prefirió reintegrarse al mundo empresarial, de donde no debió salir nunca.
Bustamante Anchondo, también priísta y empresario, como Escobedo, cojea del mismo pie que este último. Tiene años metido en el ámbito político, pero evidentemente no es político. Logró la postulación, cuando Escobedo renunció a sus aspiraciones. De no haber sido así, quizás seguiría dedicado a sus negocios y sería un priísta más. Hasta ahí.
Sin embargo, luego de observar que los resultados electorales le favorecieron, sintió que ganó porque efectivamente era mejor opción que el panista Carlitos Torres Torres. Sintió que hubiera ganado, con PRI o sin PRI. Así es que se resistió a ceder ante las exigencias o reclamos partidistas. En especial, rechazó cualquier tipo de compromiso con todo aquello que oliera a Fernando Castro Trenti, el priísta bajacaliforniano más influyente en estos momentos.
Estos reiterados rechazos, marcaron un visible distanciamiento entre dos Carlos y Fernando, que nadie ha ocultado y que obviamente muchos han percibido. Quizás a eso se refiere el Alcalde cuando dice que el enjuiciamiento de la Síndico, su principal colaboradora, es por cuestiones de revanchismo político.
Tratando de escapar a la influencia y reclamos de Castro Trenti, don Carlos se alió con el empresario priísta Jorge Hank Rhon, seriamente distanciado de Castro Trenti, integrando a su equipo de trabajo a varios de los colaboradores del Grupo Caliente.
En el acto de apoyo, a favor de la Síndico, organizado recientemente en las instalaciones del PRI, en Tijuana, que se trató de vestir como una celebración del triunfo electoral de hace un año, fue plenamente visible que la organización estuvo a cargo de los operadores políticos de Hank.
De lo antes expuesto, se puede advertir que el Alcalde de Tijuana, aunque priísta, anda en un bando distinto al de Castro Trenti. Quizás también a eso atribuya el juicio contra la Síndico, en tanto que el líder moral, por llamarle de alguna forma, de los legisladores estatales, lo es Fernando y aunque también son priístas, no se atrevió a buscarlos, para pedirles que como priístas, fueran justos con su compañera de partido. Por el contrario, en todo momento ha externado que la enjuician, precisamente por sus rivalidades.
Lo que no entiende, Don Carlos, es que los tiempos cambian, y que ya no es tan sencillo, que una vez denunciada, o solicitado el juicio político en contra de la Síndico, lo desecharan, simple y sencillamente por tratarse de una priísta.
Igualito que como lo hicieron los panistas de la XIX Legislatura, cuando decretaron que era improcedente enjuiciar políticamente al diputado panista Victor González Ortega, que siendo Presidente del Congreso, fue detenido en estado de intoxicación y con dos bolas de droga, y ellos, en lugar de desaforarlo, para que fuese procesado, lo blindaron de impunidad.
Entonces, para que Don Carlos pueda decir que el asunto de la Síndico es solo revanchismo político, debe acreditar que no hay elementos para sancionarla por ese asunto, respecto al cual se dice que actuó indebidamente. Luego, madurar políticamente y actuar en consecuencia.
Los empresarios, por su parte, deberían entender aquello de “zapatero a tus zapatos”, pues suelen involucrarse en la política, con evidentes muestras de novatez, que les hace agarrar partido y quieren jugarla de árbitros, pese a las tendencias y compromisos que no pueden ocultar. Para ser mediadores, requieren desmarcarse, o sea distanciarse de las partes en pugna. De lo contrario, en lugar de arreglar el conflicto, le “echan más fuego a la hoguera”.
gil_lavenants@hotmail.com
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