lunes, 2 de mayo de 2011

SURSUM VERSUS: La intolerancia a la libertad de expresión también es un crimen

Por Abraham Salcido Bastidas
Dedicada con aprecio al amigo Víctor Islas Parra
TIJUANA.- Tan criminal es el asesinato de un periodista como criminal y canalla es quien ordena expulsar a un periodista de un espacio de expresión informativa escudándose en el poder del dinero, en el poder político o de algún grupo faccioso.

La libertad de expresión es uno de los  logros más preciados en el mundo,   que  cada vez es golpeada no solo por  el crimen organizado sino también por el poder político, este último  que se irrita cuando   desde el ejercicio periodístico  se le  pone   al juicio ciudadano por alguna circunstancia.
Cuando alguien  demuestra abiertamente   su intolerancia  a la libertad de expresión, también refleja  que es capaz de todo con tal de “cuidar su imagen” para sus fines particulares: Ahorita con el poder político manda silenciar  una pluma, una voz en la radio o en la televisión mañana quizá mate.
La intolerancia  es la  expresión del autoritarismo de  aquellos   viejos regímenes militaristas, que lamentablemente aún no se ha ido  de nuestro país,   todavía cuentan  con estructuras de poder permanentes, especializadas en el espionaje y en la presión psicológica en contra de los periodistas.
Dicen que el periodista siempre  tiene que tener  una maleta lista  porque no sabe cuando se irá del medio para el que trabaja, sin embargo esa capacidad de hacer mudanza  demuestra que esta hecho para resistir cualquier embate  venga de donde venga, su naturaleza es la pasión por el ejercicio de informar.
Por fortuna  en la era moderna  existen muchas vías alternas   que poco a poco  están logrando  un desmontaje  del autoritarismo que  ejerce el poder político: la Internet  llegó para   revolucionar el mundo de la comunicación, así  haya  despidos o censuras  su facilidad e inmediatez en la información   están marcando una nueva era.
Pero aún más fuerte me atrevo a decir, es el valor, convicción y entereza del periodista  que pese a sufrir atropellos, intimidaciones, atentados y presiones de todo tipo sigue en la brega  de las redacciones, de la radio, la internet, televisión,  esa pasión nadie se las quitará, nadie, muchos menos  esos  sátrapas de la intolerancia a la crítica.

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