Por Abraham Salcido Bastidas
Dedicada con aprecio al amigo Víctor Islas Parra
TIJUANA.- Tan criminal es el asesinato de un periodista como criminal y canalla es quien ordena expulsar a un periodista de un espacio de expresión informativa escudándose en el poder del dinero, en el poder político o de algún grupo faccioso.La libertad de expresión es uno de los logros más preciados en el mundo, que cada vez es golpeada no solo por el crimen organizado sino también por el poder político, este último que se irrita cuando desde el ejercicio periodístico se le pone al juicio ciudadano por alguna circunstancia.
Cuando alguien demuestra abiertamente su intolerancia a la libertad de expresión, también refleja que es capaz de todo con tal de “cuidar su imagen” para sus fines particulares: Ahorita con el poder político manda silenciar una pluma, una voz en la radio o en la televisión mañana quizá mate.
La intolerancia es la expresión del autoritarismo de aquellos viejos regímenes militaristas, que lamentablemente aún no se ha ido de nuestro país, todavía cuentan con estructuras de poder permanentes, especializadas en el espionaje y en la presión psicológica en contra de los periodistas.
Dicen que el periodista siempre tiene que tener una maleta lista porque no sabe cuando se irá del medio para el que trabaja, sin embargo esa capacidad de hacer mudanza demuestra que esta hecho para resistir cualquier embate venga de donde venga, su naturaleza es la pasión por el ejercicio de informar.
Por fortuna en la era moderna existen muchas vías alternas que poco a poco están logrando un desmontaje del autoritarismo que ejerce el poder político: la Internet llegó para revolucionar el mundo de la comunicación, así haya despidos o censuras su facilidad e inmediatez en la información están marcando una nueva era.
Pero aún más fuerte me atrevo a decir, es el valor, convicción y entereza del periodista que pese a sufrir atropellos, intimidaciones, atentados y presiones de todo tipo sigue en la brega de las redacciones, de la radio, la internet, televisión, esa pasión nadie se las quitará, nadie, muchos menos esos sátrapas de la intolerancia a la crítica.
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